- Una inversión de más de ¢755 millones servirá para levantar siete aulas académicas, comedor estudiantil, cancha techada, área administrativa y casa cultural y del maestro, entre otras obras.
- El proceso de adjudicación de la construcción quedó en firme el 4 de marzo y fue otorgado al Consorcio LEMA-DIMMSA.
- Comunidad está esperanzada con tener un centro educativo moderno para impulsar la educación en el territorio indígena de Talamanca Cabécar.
- En la actualidad, 80 jóvenes reciben lecciones en unas aulas construidas por los mismos pobladores.
La comunidad de San Vicente de Talamanca está esperanzada porque se dio un paso más hacia la construcción de las nuevas instalaciones del Liceo Rural Usekla. El proceso de adjudicación quedó en firme el 4 de marzo y fue otorgado al Consorcio LEMA-DIMMSA por un monto de ¢755.164.823,50.
Las obras –que se espera inicien su fase constructiva en el primer semestre del año– constarán de siete aulas académicas, dos baterías de servicios sanitarios, comedor estudiantil, cancha techada, casa cultural “ju”, casa del maestro, área administrativa, caseta para el guarda de seguridad y pasos cubiertos.
Además, se incluirá un cuarto de bombas para agua, así como accesibilidad, gradas, salidas de emergencias, muros y cerramiento perimetral.
Este centro educativo, que se encuentra en el territorio indígena Talamanca Cabécar, tiene una matrícula de 80 jóvenes y cuenta con seis docentes.
“Es de mucha satisfacción que vayamos a tener infraestructura nueva. Agradezco a mi entorno, junta administrativa, padres y madres, docentes que empoderan a sus estudiantes en temas como emprendedurismo y que nos motiva a ser mejores desde nuestros espacios”, afirmó Karlen Smith Hidalgo, directora del Liceo Rural.
Para José Luis Villanueva, presidente de la Junta Administrativa del Liceo Rural y vicepresidente de la Asociación de Desarrollo Integral Cabécar Talamanca, esta adjudicación de las obras los llena de emoción y esperanza, pues han luchado por la renovación del centro educativo desde el 2014. “Esto es muy importante para nuestro territorio indígena. Una educación de calidad no se refiere solo a las lecciones, sino también a la infraestructura. Los estudiantes pueden estar motivados, pero si el contexto está hecho una calamidad, pues se van a desalentar”, explicó.
Además de estar ilusionados con la obra de infraestructura educativa, el líder comunal evidenció la importancia de con la casa cultural “ju” se ayude a la conservación de la identidad del pueblo indígena.
Mucha colaboración. El Liceo Rural Usekla nació en el 2002. El terreno para la casa de enseñanza fue donado por el señor Carlos Higinio Zúñiga y, gracias a los aportes de padres, madres e integrantes de la comunidad, se construyeron aulas para la atención del estudiantado.
De hecho, la directora del Liceo Rural, destaca que, desde su llegada al lugar en el 2017, encontró a gente activa, resuelta y clara en sus objetivos. Las juntas administrativas y la Asociación de Desarrollo ADITICA han dicho presente por la educación y el desarrollo de la juventud.
Ella se involucró en la dinámica y en esta energía para mejorar las condiciones de la infraestructura educativa en el territorio indígena. Recalca que en su comunidad educativa hay mucha mística para ayudar y se caracteriza por su compromiso y, a punta de ventas y bingos, logran sueños.
Recordó que en años anteriores, compraron media hectárea de terreno e hicieron unas aulas para que la juventud reciba las clases y no pierda el amor y el entusiasmo por aprender y desarrollar todas sus habilidades.
Según datos de la Dirección de Infraestructura Educativa (DIE), un primer proceso de contratación se realizó el 20 de enero del 2020 y se adjudicó en diciembre del mismo año. Sin embargo, el procedimiento fue apelado y se realizó una nueva adjudicación por disposición de la Contraloría General de la República (CGR).
Se pretende que antes del primer semestre del año comiencen las obras en el Liceo Rural de Usekla.
Liceos Rurales exitosos. La directora de la institución dijo que ella cree en la malla curricular de los Liceos Rurales dado que es un acierto para las zonas alejadas porque ofrece talleres y visiones para las personas estudiantes. En el caso de Usekla, se ofrecen talleres socioproductivos y sociopersonales.
En su centro de estudio, dice ella, todos son trabajadores y motivados. Además, trabajan en cría y venta de tilapias, cerdos, pollos de engorde y artesanía indígena cabécar.
Además, tienen dos hectáreas plantadas con abacá, planta de exportación para el uso de sus fibras.