- En enero del 2019, el mandatario le dijo a la comunidad que trabajaría por la renovación del centro educativo; hoy, los 73 estudiantes disfrutan de una moderna infraestructura en la que se invirtieron ₡589 millones.
- Obras incluyeron la construcción de seis aulas, comedor, rancho cultural, baterías sanitarias, área administrativa, caseta para el guarda de seguridad, malla perimetral y muro de contención, entre otras.
- Director asegura que la institución es una de los mejores de su circuito educativo, donde adicionalmente imparten seis lecciones dedicadas al rescate de la cultura, idioma y tradiciones de los ngäbe.
- Gobierno ha intervenido más de 500 centros educativos (obras nuevas y remozamientos) con una inversión que supera ₡173 mil millones, detalló el Ministro de Educación.
En enero del 2019 en una visita al territorio indígena Comte Burica –en la zona sur del país–, el presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, constató las malas condiciones en que se encontraba el Liceo Rural El Progreso y se comprometió a trabajar por unas nuevas instalaciones. Hoy, los 73 estudiantes disfrutan de un renovado centro educativo, en que se invirtieron ₡589 millones.
Este viernes, de regreso en ese territorio indígena, el mandatario pudo conocer la nueva realidad de la comunidad educativa y recorrer las obras que se construyeron entre junio del 2020 y agosto del 2021: seis aulas, comedor, baterías sanitarias, área administrativa, caseta para el guarda de seguridad, rancho cultural.
Las mejoras también incluyen malla perimetral, muro de contención y todos los sistemas electromecánicos.
“Las nuevas instalaciones nos generan orgullo y satisfacción, pero también constituyen un reto para todos los que trabajamos aquí, porque nos obligan a ser mejores profesionales y ofrecer lo mejor para que estos muchachos tengan futuros exitosos”, manifestó el director de la institución, Jafeth Salazar.
Sin titubeos, el director dice que su liceo rural es uno de los mejores centros de estudio del circuito educativo.
Él recalca la alegría de contar con esta estructura porque, por ejemplo, ahora los jóvenes tienen servicios sanitarios; en las antiguas instalaciones usaban una letrina. Además, cuentan con un comedor para ofrecer alimentación al estudiantado, que proviene de comunidades como El Progreso, Brazo Izquierdo, La Onda, Altos de Conte y Buriqui.
“Convencido de su importancia para el crecimiento y prosperidad del país, este Gobierno ha estado comprometido con el mejoramiento de la educación. A pesar de la pandemia y la dura realidad de las finanzas pública, hemos seguido trabajando para que la niñez y la juventud de Costa Rica en diferentes comunidades de todo el país puedan estudiar en mejores condiciones”, aseguró este viernes el presidente Alvarado en la primera actividad de la gira que realiza por la zona sur del país.
“Este es un ejemplo de ese compromiso. Estoy muy feliz de ver cómo quedó esta infraestructura y lo que significa para el territorio indígena de Comte Burica”, manifestó el presidente Alvarado en la comunidad, donde asistió en compañía de Steven González, ministro de Educación Pública, y Victoria Hernández, ministra de Economía, Industria y Comercio y coordinadora de la Región Brunca.
El ministro González expresó su satisfacción por el trabajo realizado en infraestructura educativa en esta administración y recordó los más de 500 centros que fueron intervenidos, para hacerlos nuevos, como el Liceo El Progreso, o para remozarlos de forma importante. “Han sido más de ₡173 mil millones que han contribuido a mejorar la calidad educativa, en un proceso que no se detuvo a pesar de la pandemia”, comentó.
Breve historia. El Liceo Rural El Progreso nació en el año 2013. Anteriormente era un satélite o sede del Centro integrado de Educación de Adultos (CINDEA) de Naranjo, que funcionaba en un local de madera en la zona.
Luego, esa estructura seguiría albergando al estudiantado bajo la modalidad de liceo rural.
En aquel momento, don Gustavino Montezuma Montezuma donó el terreno considerado icónico para la comunidad, dado que en esa construcción de madera se celebraron desde memorables fiestas hasta actividades luctuosas.
Los habitantes del pueblo se organizaron y construyeron unos ranchos y galeras, los cuales sirvieron como casa de estudio para varias generaciones matriculadas en el servicio educativo.
En junio del 2020 comenzó la construcción de la nueva infraestructura del liceo rural, que tiene una población estudiantil de 73 jóvenes, así como el director, cinco profesores, un orientador, una miscelánea y dos guardas.
La administración de la institución siempre busca la actualización para los estudiantes, por lo que tienen talleres y laboratorios de informática y robótica; asimismo, buscan convenios privados para que los jóvenes terminen sus estudios y conozcan que hay muchas opciones más allá de la secundaria.
También, resguardan y aprecian la cultura y la identidad ngäbe, por lo que imparten seis lecciones dedicadas al rescate de su cultura, idioma y tradiciones.