- Se trata de las capillas de Corralar, El Rodeo, Picagres, Llano Grande y Balsilla.
- Estas se suman al templo católico Nuestra Señora de Los Ángeles, en Piedras Negras, declarado patrimonio en 2007.
- El cantón de Mora cuenta con otras edificaciones con esa distinción: la Casa de Enseñanza de Villa Pacacua, el Mercado y el Teatro La Palestra, en Ciudad Colón, y la escuela Lisímaco Chavarría, en Tabarcia.
Bajo categoría de monumento, cinco ermitas rurales dispersas a lo largo del cantón de Mora fueron declaradas patrimonio histórico arquitectónico por el Centro de Patrimonio de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura.
Las declaratorias reconocen el valor histórico, cultural, arquitectónico, de autenticidad, contexto espacial y simbólico de las pequeñas capillas de las localidades moreñas de Corralar, El Rodeo, Picagres, Llano Grande y Balsilla.
Estas se suman al templo católico Nuestra Señora de Los Ángeles, en Piedras Negras (1909), declarado patrimonio en 2007.
La propuesta fue presentada en 2010 por la Municipalidad de Mora a través del arquitecto Will Arce, quien calificó este conjunto arquitectónico, con rasgos del llamado estilo neo victoriano, testimonio claro del esfuerzo humilde desde principios del siglo pasado realizado por cada una de estas comunidades de la mano de la Iglesia Católica.
Dentro de las tantas curiosidades que encierran estas centenarias iglesias, se dice que con su ubicación estratégica todas están mirando al mar, marcando las vías de acceso a poblados de la costa pacífica, según reseñan los historiadores.
Sylvie Durán, ministra de Cultura, indicó que “el cantón de Mora, una vez más, avanza en esfuerzos por rescatar y promover su cultura y su identidad, en esta ocasión, mediante la gestión para declarar edificaciones como patrimonio histórico-arquitectónico del país y, con ello, reforzar el acervo cultural que los distingue. Los bienes patrimoniales dan muestra de nuestra historia y ponen en valor la identidad de los pueblos; por ello, es tan importante que, al igual que Mora, cada comunidad trabaje por conocer, salvaguardar, poner en valor y difundir activamente sus elementos patrimoniales”.
El director del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural (CICPC), Diego Meléndez, explicó que “la declaratoria como patrimonio histórico-arquitectónico de cinco hermosas ermitas de Mora nos llena de gran satisfacción. Primero, porque reconoce el cuidado que vecinos de las comunidades de Balsilla, El Rodeo, Picagres, Llano Grande y Corralar han brindado con cariño y esmero por décadas a estos edificios. Segundo, porque estas cinco iglesias se unen a la Piedras Negras para conformar una oferta turística que traerá ingresos a la zona, que puede impulsar pequeños emprendimientos de comidas, transporte, empresas turísticas, venta de artesanías de nuestro pueblo huetar, así como otras acciones que se potenciarían gracias a la visitación”.
“Finalmente, contamos con un gobierno local comprometido, que no solo fue el que solicitó las declaratorias, sino que desea sacar provecho a este reconocimiento para el beneficio de sus habitantes. Todo esto es de celebrar, porque la cultura puede y debe generar mejores condiciones de vida para la gente, la que a su vez ve fortalecida su identidad con reconocimientos como este”, añadió.
El alcalde del cantón, Alfonso Jiménez, resaltó el valor histórico y el potencial turístico que esta declaratoria abre para la comunidad. “Estamos muy agradecidos con la declaratoria de patrimonio arquitectónico que recibimos por parte del CICPC. Este reconocimiento se da gracias al trabajo mancomunado de la administración pasada y la actual así como muchos otros actores de la comunidad. Es importante destacar el trabajo del señor Carlos Zamora, historiador que estuvo a cargo de revalidar toda la historia que tienen estos monumentos y el gran potencial turístico que existe en la zona”.
Motivo de celebración. “Me alegra tanto ver que esta gestión que impulsamos cuando estuvimos en la municipalidad gracias al arquitecto Will Arce hoy da sus frutos, por cuanto Mora sigue consolidando y defendiendo su patrimonio, para que las próximas generaciones puedan encontrar aunque sea una parte aún viva de nuestra historia y disfrutar de ella”, comentó Gilberto Monge, ex alcalde de Mora.
Asimismo, agradeció a Temporalidades de la Arquidiócesis de San José por su anuencia, y a Sergio Núñez, director de la Casa de la Cultura de Mora, “porque siempre ha hecho muchos esfuerzos por poner en valor estos pequeños pero preciosos monumentos de los distritos rurales que se suman a la ermita de Piedras Negras que ya es patrimonio desde hace varios años”.
“Por último le agradezco a las comunidades que no sólo han expresado su orgullo por estas joyas, sino que con gran esfuerzo han ido mejorando estos templos y hoy lucen tan hermosos. De verdad que es motivo de celebración para el cantón”, concluyó Monge.
El cantón de Mora cuenta, además de estas ermitas centenarias, con otras edificaciones declaradas patrimonio: la Casa de Enseñanza de Villa Pacacua, el Mercado y el Teatro La Palestra -en el centro de Ciudad Colón- y la escuela Lisímaco Chavarría, en el distrito de Tabarcia.
Los edificios patrimoniales de Ciudad Colón están unidos por un bulevar -en medio del cual se erige un árbol de jícaro que tiene 400 años- y se conectan con el Centro de Capacitación Artesanal, inaugurado en 2020.
Esta área se integra también al Parque Urbano Juan Rafael Mora Porras, un sitio accesible, versátil, vivo, atractivo y único, el cual cambió radicalmente la imagen del lugar a partir de su apertura en 2011 e integró a la población al disfrute de estos espacios.
Ambas obras -diseñadas por el arquitecto Will Arce- ganaron la Bienal de Arquitectura: el parque en 2012 y el Centro de Artesanos en 2020.