- Proyecto beneficia a más de 147 mil habitantes de Hojancha, Nicoya, Santa Cruz, La Cruz, Cañas, Liberia y Carrillo, así como Upala, Los Chiles y Guatuso.
- Iniciativa protege y mejora el acceso al agua potable e intensifica los esfuerzos para atender la vulnerabilidad hidrológica y los riesgos del cambio climático.
- Desarrollo de un sistema de prevención, monitoreo y respuesta e instalación de 16 estaciones hidrometeorológicas, de 110 tanques de almacenamiento y de 10.356 micromedidores y 106 macromedidores, entre los resultados.
- Con una inversión superior a los $5 millones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF), ejecución incluyó además a la Dirección de Cambio Climático del MINAE y a miles de integrantes de las asadas y las comunidades.
Los esfuerzos conjuntos entre el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para fortalecer 200 acueductos comunales en la región Norte y Chorotega, llegó a su conclusión este martes con la finalización de un proyecto visionario para mejorar el suministro de agua.
Se trata del cierre del proyecto “Fortalecimiento de las capacidades de acueductos rurales para enfrentar riesgos del cambio climático en comunidades con estrés hídrico en el norte de Costa Rica”, el cual se ejecutó desde 2016.
La presentación de resultados se realizó en una actividad en la que participaron la directora de la Dirección de Cambio Climático, Patricia Campos Mesén, el gerente general del AyA, Eric Bogantes Cabezas y la representante residente auxiliar del PNUD en Costa Rica, Kryssia Brade Jiménez, así como liderazgos de acueductos comunales.
Esta visionaria iniciativa tenía como fin mejorar el suministro de agua promoviendo prácticas sostenibles y la implementación de medidas de adaptación para atender la vulnerabilidad hidrológica relacionada con el clima en el norte de Costa Rica.
Este plan -que contó con una inversión superior a los $5 millones provenientes del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF)- tuvo el acompañamiento de la Dirección de Cambio Climático (DCC) del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE).
«Este ha sido un aprendizaje no solo para las comunidades, sino también para todo el personal de la institución involucrado que, de esta manera, podrá replicar el éxito de este programa a todo el territorio nacional”, manifestó el gerente general del AyA, Eric Bogantes Cabezas.
Por su parte, José Vicente Troya, representante residente del PNUD en el país, señaló que «estos 200 acueductos tienen ahora mayor conciencia de la importancia de incorporar medidas de adaptación frente a los ineludibles retos que nos impone la crisis climática. Lo que sigue es cosechar resultados y aplicar las herramientas que deben ser objeto de seguimiento para garantizar su aprovechamiento y sostenibilidad».
Para la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza Murillo, «este plan es ejemplo de cómo la institucionalidad se articula para atender prioritariamente a poblaciones afectadas de forma desproporcionada por el impacto del cambio climático. La vulnerabilidad de nuestro recurso hídrico ante impactos climáticos es una de las principales amenazas al desarrollo sostenible y el disfrute de los derechos humanos. Gracias a este proyecto, avanzamos decididamente como país de la mano de más de 150 ASADAS, 7.000 gestores del agua y organizaciones locales y nacionales. Como país, avanzamos hacia una Zona Norte cada vez más resiliente y mejor adaptada ante el futuro climático”.
10 cantones de la zona norte ahora son más resilientes
El logro principal del proyecto se resume en el fortalecimiento de más de 200 acueductos comunales ubicados en diez de los cantones al norte del país con mayor condición de vulnerabilidad a los efectos del clima, ubicados en la región Chorotega (Hojancha, Nicoya, Santa Cruz, La Cruz, Cañas, Liberia y Carrillo) y el Territorio Norte-Norte (Upala, Los Chiles y Guatuso), así como haber promovido un mejor acceso a agua potable para más de 147.000 personas abastecidas por asadas.
Algunos de los principales resultados del proyecto son:
- Las intervenciones del Proyecto permiten un acceso mejorado al agua potable para más de 147 mil personas abastecidas por cerca de 200 acueductos comunales en la región Chorotega y el territorio Norte-Norte.
- Desarrollo de un sistema de prevención, monitoreo y respuesta, incluyendo un visor geoespacial que permite determinar la proximidad de las fuentes de agua a cultivos que usan pesticidas, para prevenir incidentes de contaminación.
- Instalación de 16 nuevas estaciones hidrometeorológicas para reforzar la red nacional de monitoreo y ayudar a producir información sobre el clima, capacidad de pronóstico y alerta temprana ante posibles riesgos de desastres.
- Ampliación de 50 km de tubería y la instalación de 110 tanques de almacenamiento para un volumen de 2.500.000 litros en 170 acueductos.
- Optimización del uso de agua en 154 Asadas y reducción del desperdicio a través de la instalación de 10.356 micromedidores y 106 macromedidores, y la promoción de mejores prácticas de consumo de agua.
- Siembra de más de 40.000 árboles de 26 especies nativas con visión adaptativa al cambio climático para regenerar la cobertura vegetal en 151 hectáreas de zonas vitales para el agua.
- Capacitación de más de 7.000 gestores del agua y 220 organizaciones comunales sobre cambios en el clima, soluciones basadas en la naturaleza, aspectos operacionales y de funcionamiento de los acueductos, gestión del riesgo de desastres y adaptación al cambio climático.
- Elaboración de más de 25 herramientas técnicas que apoyan a las diferentes tareas técnicas y administrativas que deben desarrollar las ASADAS para el correcto funcionamiento de los acueductos y la protección de sus fuentes de agua.
En los últimos años, más del 90% de los grandes desastres a nivel global se produjeron a causa de inundaciones, tormentas, olas de calor, sequías y otros fenómenos meteorológicos. Costa Rica no está exenta a estos problemas y de acuerdo al último estudio ante eventos hidrometeorológicos extremos en el norte de Costa Rica, elaborado por el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) y el PNUD, esta situación mantiene en situación de vulnerabilidad a más de 250.000 personas en dicha región.