- Fallecida esta mañana, Aguilar Mirambell fungió como presidenta de la Junta Rectora del CONAPAM desde el inicio de la administración Alvarado Quesada.
- “Su servicio por la población adulta mayor, por su dignidad, autonomía y buen trato por parte de la sociedad fue un gran legado en su gestión en CONAPAM. Se le extrañará mucho”, manifestó el presidente Alvarado.
San José. El presidente de la República, Carlos Alvarado, se refirió con profundo dolor ante la pérdida de doña Teresita Aguilar Mirambell, quien falleció en horas de la mañana, al tiempo que destacó su legado tras una vida de vocación y servicio.
“La conocí cuando llegó a la Asamblea Legislativa. Recién venía de recuperarse de un cáncer, pero destacaba su vitalidad, su alegría y firmeza. Una mujer de avanzada, poetisa y apasionada”.
“Su servicio por la población adulta mayor, por su dignidad, autonomía y buen trato por parte de la sociedad fue un gran legado en su gestión en CONAPAM. Se le extrañará mucho”, manifestó Alvarado, al referirse a quien fuera presidenta de la Junta Rectora del Consejo Nacional para la Persona Adulta Mayor (CONAPAM) desde el inicio de su administración.
Aguilar Mirambell era odontóloga de profesión, escritora y defensora de los derechos de las personas adultas mayores y abanderada de ideales de envejecimiento saludable, activo y autónomo. Fue también diputada de la República (2002-2006).
Entre las principales funciones en el CONAPAM, Aguilar velaba por la adecuada articulación y coordinación de trabajo con instituciones públicas y privadas, organizaciones de bienestar social y grupos de personas adultas mayores para garantizar una vejez digna.
La directora ejecutiva del CONAPAM, Emiliana Rivera, se refirió a ella como una mujer que dejó un invaluable legado al país gracias a su incansable labor por “impulsar las acciones necesarias para ofrecer una mejor calidad de vida a las personas adultas mayores que se encuentran en condición de abandono o vulnerabilidad”.
Compañero en el sector social del gobierno, el ministro Juan Luis Bermúdez comentó hoy en su muro: “Con el corazón en la mano quiero reconocer la vida de una mujer de alma grande, de letras inquietas y de una pasión incansable por el servicio a sus conciudadanos, principalmente a las personas adultas mayores. Con el orgullo de haber compartido luchas y de poder llamarte mi amiga, recordaré siempre las líneas que escribiste en cada uno de nosotros”.