- El trabajo conjunto en materia de cambio climático ofrece opciones valiosas para los países interesados en la descarbonización, señala especialista del Banco en blog institucional.
- “El BID y Costa Rica comparten una visión de futuro: un país moderno, desarrollado, sostenible y donde cada costarricense pueda tener empleos de calidad”, comentó la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza.
San José. La colaboración entre Costa Rica y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en materia de cambio climático “ofrece ideas y modelos valiosos para otros países interesados en descarbonización”, destacó el propio Banco en su sitio web.
“La colaboración del BID con el Gobierno de Costa Rica muestra cómo las instituciones de desarrollo pueden promover eficazmente las sinergias entre el avance de las prioridades de desarrollo en cada sector y la alineación con el objetivo de descarbonización que los países establecieron como parte del Acuerdo de París”, dice el blog firmado por Juan Pablo Bonilla, gerente del Sector de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible del BID.
En una entrada de blog publicada por el BID en su plataforma digital, Bonilla enfatiza los principales hitos climáticos de Costa Rica -entre ellos el Plan Nacional de Descarbonización 2018-2050-, el aporte del Banco en estos proyectos y el potencial en la generación de empleos de la agenda de descarbonización.
“El BID y Costa Rica comparten una visión de futuro: un país moderno, desarrollado, sostenible y donde cada costarricense pueda tener empleos verdes, azules y naranjas de calidad. Con este apoyo, avanzamos hacia la Costa Rica que nos merecemos y estamos muy agradecidos por la confianza que han tenido”, dijo la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza.
Y agregó: “Nuestros socios saben que la descarbonización plantea retos, pero también oportunidades enormes para un país como el nuestro. Nos ofrece la oportunidad de tener aire y ríos limpios, de poder recuperar la naturaleza en las ciudades y producir de manera sostenible y eficiente”.
El Banco empezó en 2018 una colaboración académica con la Universidad de Costa Rica (UCR) en herramientas analíticas para evaluar hojas de ruta técnicas hacia cero emisiones netas en los sectores de energía, transporte y edificios.
A partir del análisis de esas herramientas y de aportes de la sociedad civil y el sector privado, conocimiento del sector público e incluso nuevos análisis financiados por el BID, el Gobierno elaboró el Plan Nacional de Descarbonización, publicado en 2019. Este plan se plantea la meta de convertir a Costa Rica en una economía sin emisiones netas de gases de efecto invernadero al 2050.
El BID también está liderando el análisis de costo-beneficio de este Plan, –que serán anunciados próximamente– y que permitirá determinar con claridad la inversión que tendrá que hacer el país para cumplir sus objetivos y los beneficios económicos y financieros que tendrá.
Un primer adelanto de ese análisis, publicado en 2019, señaló que la descarbonización del sector de transporte traerá beneficios netos totales de casi $20.000 millones para el 2050 como resultado de la reducción en impactos negativos de la contaminación del aire con respecto a la salud, el ahorro de tiempo por menos congestión, menos accidentes y menores costos operativos.
Atención de emergencia. En su blog, el BID recordó que las acciones del Plan Nacional de Descarbonización fueron la base de un préstamo basado en política públicas de $380 millones, cofinanciado por la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD). Dicho préstamo fue aprobado por la Asamblea Legislativa como respuesta nacional ante la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.
Ambas entidades otorgaron el financiamiento a tasas preferenciales para impulsar la implementación de las acciones del Plan y de otras políticas clave para el país.
En particular, el Banco recalcó que las acciones de sostenibilidad y descarbonización crean empleos de calidad, algo relevante en el marco de las acciones de recuperación sostenible.
“En un mundo marcado por la pandemia, una razón clave para adoptar una economía de cero emisiones netas es que puede crear empleo: 15 millones de nuevos puestos de trabajo netos para 2030 en el caso de América Latina y el Caribe, según un estudio reciente del BID y la OIT”, destacó el blog.