Con arte, tecnología, recreación y deporte previenen el suicidio en la zona de Los Santos

Sesenta jóvenes de Dota, Tarrazú y León Cortés participaron, de noviembre a mayo, en proyecto ejecutado bajo novedosa metodología formativa.

Iniciativa promueve la salud mental entre niños, niñas, adolescentes y población joven de esos cantones, donde se registran las más altas tasas de intentos de suicidios del país.

Proyecto fue ejecutado por los ministerios de Justicia y Paz, Salud y el Viceministerio de Juventud, con el apoyo de los gobiernos locales y de la UNICEF.

3 de julio del 2020. Gloriana Aguilar Montero tiene 16 años y vive en la Trinidad de Dota. Su núcleo familiar representa un cuadro típico de la zona. Su madre es ama de casa y su padre cría ganado para la producción de leche y queso. Y el paisaje que pasa todos los días frente a su mirada está lleno del verde exuberante de las montañas, tan características de la zona de Los Santos.

Pero esta supuestamente apacible vida es engañosa. De acuerdo con investigaciones de la Universidad de Costa Rica (UCR), la zona de los Santos, compuesta por los cantones de Dota, Tarrazú y León Cortés, presenta las tasas más altas de intentos de suicidio en el país: entre 100 y 140 por cada 100 mil habitantes, según datos al 2014. 

Esto corresponde con los índices de depresión más altos que el resto del país, atribuidos sobre todo al desempleo, las relaciones conflictivas y la falta de espacios de recreación.

Esto impulsó a la joven Aguilar a formar parte de los 60 jóvenes participantes en el proyecto “Centros Cívicos sin Paredes-REDESSAM”, que se desarrolló en la zona entre setiembre del 2019 y mayo de este año con el fin de promover la salud mental entre los niños, niñas, adolescentes y población joven de esos cantones.

Esta iniciativa es producto de la articulación de esfuerzos entre el Viceministerio de Paz, el Ministerio de Salud, el Viceministerio de Juventud, así como de las Municipalidades de Dota, Tarrazú, León Cortés, con el apoyo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), que aportó la mayor parte del financiamiento.

A través de la metodología CARDT (Cultura, Arte, Recreación, Deporte y Tecnología), mediante talleres se construyó con los jóvenes una formación en diferentes temáticas relacionadas con los derechos humanos, la convivencia pacífica, el autocontrol, la autoestima, entre otras, que sirven como base para promover la prevención del suicidio. 

Con los jóvenes se trabajó en un diagnóstico para identificar las actividades formativas que luego serán llevadas a otros cantones del país.  

“Una oportunidad de acceso a un servicio, a un curso de un proceso formativo, puede transformar la visión de una persona joven en relación con su entorno, consigo mismo y la posibilidad de expresar las inquietudes que se tienen y ser escuchado”, enfatizó la directora de Promoción de Paz y Convivencia Ciudadana de esta cartera, Natalia Camacho Monge.

Así se respondió a la necesidad de contar con oportunidades de recreación que permitieran a las personas jóvenes contar con espacios seguros donde pudieran expresarse libremente.

Por su parte, Jairo Vargas Agüero, Viceministro de Paz, destacó la importancia de trabajar este tema específicamente con la población joven, debido a que son personas que están en proceso de construcción, pero también administrando muchísimas incertidumbres, cambios y frustraciones.

“Uno de los tipos de violencia que más se invisibiliza es la autoinflingida, que se manifiesta, en muchas ocasiones, como autolesiones, pero también en intentos de suicidio o el suicidio consumado. Hay puntos en particular que son mucho más calientes para este tipo de actos. Por eso, el Viceministerio de Juventudes y el Viceministerio de Paz se articularon para generar esta oferta programática en poblaciones de alta vulnerabilidad para este tipo de violencia”, explicó Vargas.