Ventanas permitirán atisbar cuatro siglos de historia del templo de San Blas

  • Ubicadas a un costado del altar, a través de ellas se observarán diferentes periodos de esta iglesia, entre ellos las bases del edificio colonial construido en 1644.
    • Trabajos de exploración arqueológica fueron incluidos dentro de la tercera etapa de restauración y reforzamiento de la edificación, dañada por el terremoto de Sámara de 2012.
    • Con un avance del 70%, el templo restaurado será entregado a la comunidad el 25 de julio, día de la incorporación del Partido de Nicoya a Costa Rica.

    Como parte de la última etapa de restauración y reforzamiento estructural del templo de San Blas de Nicoya, el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura y Juventud incluyó labores de exploración arqueológica a cargo de profesionales del ramo, que revelaron los cimientos de un templo del periodo colonial construido en 1644.

    De esta forma, con un fin didáctico que busca conectar al público con una parte de su historia, la obra restaurada -que será entregada a la comunidad el 25 de julio, día de la incorporación del Partido de Nicoya a Costa Rica- contará con ventanas arqueológicas, a través de las cuales los visitantes podrán asomarse al pasado de este patrimonio cultural costarricense.

    “La puesta en valor del patrimonio cultural es un camino para conectarnos con nuestra historia, antepasados, identidades y valores. Por eso los elementos educativos como las ventanas arqueológicas son necesarios: nos permiten informarnos y entender cómo nos construimos y evolucionamos como sociedad y comunidades”, apuntó Sylvie Durán, ministra de Cultura y Juventud.

    Vestigios de los muros del templo colonial cuya construcción inició en 1644, los que serán protegidos y señalizados en los pisos de las sacristías. Serán “testigos en reserva” para el futuro.

    Las ventanas estarán ubicadas en el piso, a un costado del altar, y a través de ellas se podrán atisbar los diferentes periodos por los que ha atravesado el templo durante cuatro siglos: los cimientos de 1644 (siglo XVII), la huella del incendio de finales del siglo XVIII, la construcción actual de mediados del siglo XIX, la restauración realizada entre 1990 y 1994 (siglo XX) y, los últimos trabajos hechos entre 2015 y 2019 (siglo XXI), a causa de los daños causados por el terremoto de Sámara en 2012.

    “La idea es poder conservarlo y exponerlo para que las presentes y futuras generaciones conozcan parte de la historia de la construcción de este templo y puedan valorar lo que actualmente tenemos como patrimonio cultural”, expresó Dayana Morales, arqueóloga del Centro de Patrimonio Cultural.

    Además, en ambas sacristías se dejará un “testigo en reserva”, o sea un sitio demarcado en el lugar donde se encontraron vestigios de los muros del anterior templo. No obstante, estos no estarán en exhibición sino que serán protegidos con arena y un “geotextil” (tela permeable y flexible de fibras sintéticas), para luego ser cubiertos con los ladrillos del piso. “De este modo se conservará su integridad para futuras investigaciones”, indicó la arqueóloga.

    En otros dos “testigos” expuestos al público se podrá observar la técnica constructiva original de calicanto (arena, cal y cantos de piedra) de las paredes, junto a la malla de fibra de carbono utilizada en el reforzamiento estructural.

    Los trabajos de prospección arqueológica también abarcaron el estudio y levantamiento de algunos restos humanos y otros objetos utilitarios encontrados en el subsuelo y que fueron descubiertos al realizar el reforzamiento estructural.

    Los restos hallados fueron removidos cuidadosamente por los arqueólogos a cargo, algunos fueron recolocados en otro espacio del suelo del templo y otros fueron embalados y entregados al Museo Nacional de Costa Rica, según el procedimiento que indica la Ley N° 6703 sobre Patrimonio Nacional Arqueológico.

    De acuerdo con datos históricos recopilados en los expedientes del CPJ, tan solo 20 años después de la llegada de Cristóbal Colón al Caribe costarricense (1502), se levantó el primer templo católico en Nicoya, al que los colonizadores llamaron “Villa Bruselas”. Fueron los primeros contactos europeos con la población indígena de la zona.

    El templo ya cuenta con el reforzamiento estructural completo, sus paredes se encalarán, se colocarán las tejas y a la cúpula se le impermeabilizará con una resina acrílica especial.

    70% de avance de obras

    Según pudo constatar Óscar Salas, arquitecto del Centro de Patrimonio Cultural, en la visita de inspección realizada recientemente, las obras de la tercera etapa de reconstrucción y reforzamiento del templo tienen un avance del 70 %.

    En este momento laboran en terminar de colocar los pisos internos y las aceras externas del edificio, así como en algunos repellos de las paredes internas donde se colocó la fibra de carbono como reforzamiento estructural.

    La instalación de estas fibras está finalizada por completo, por lo que el templo de San Blas ya es un edificio estructuralmente seguro. Falta encalar las paredes e impermeabilizar la cúpula, lo cual iniciará en los próximos días.  

    https://youtu.be/ZuaO_sgMJME
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