La dimensión trascendente de La Penca

El atentado de La Penca, el 30 de mayo de 1984, marcó trágicamente la historia del periodismo en Costa Rica.

Al conmemorarse este aniversario en el Día Nacional del Periodista, rendimos tributo a los héroes de La Penca, a ese grupo de reporteros ejemplo vivo del periodismo que Tomás Eloy Martínez calificó como la mejor profesión del mundo.

Ellos representan la tradición de los reporteros y cronistas como John Reed, autor de México Insurgente y de Diez días que estremecieron al mundo, libros que dan cuenta de las más importantes revoluciones de la primera mitad del siglo 20.

Y de Carleton Beals, que en 25 capítulos de Banana Gold presenta el apasionante reportaje que da a conocer al mundo la épica resistencia de Sandino ante la invasión norteamericana.

Como a aquellos reporteros, a los periodistas costarricenses y extranjeros que fueron víctimas del atentado de La Penca, los impulsaba la búsqueda de la verdad y del balance informativo, el deseo de adentrarse en el corazón de los acontecimientos, el afán de conocer directamente las fuentes de información.

Estos valores los llenaban de valentía e incluso les hacían capaces de afrentar el peligro lo que, como en este caso, a veces pagaron con sus vidas.

Permítanme hacer referencia en este artículo a lo que me tocó vivir como periodista cuando, trabajando con AFP, estaba con permiso de maternidad por el nacimiento de mi segundo hijo, José Antonio.

La tragedia ese día, la incertidumbre, los relatos, los heridos, los compañeros muertos, el traslado en pangas y luego el Hospital México: Evelio, Jorge, Edgar, José Rodolfo, William, Monimbó. Los gritos desgarradores de Roberto en la salita improvisada de curaciones. Nelson, mi querido Nelson, mi primer asistente en la UCR, sin poder hablar por el impacto de las esquirlas en su garganta.

Y después las secuelas en cada uno de ellos. Un hecho que marcó el periodismo nacional que no puede ni debe olvidarse jamás. Bien hace Nelson Murillo en la lucha permanente en contra de la impunidad y de que este hecho perdure en el imaginario y la memoria de todo costarricense.

A esa tenacidad de Nelson por mantener vigente el tema en la agenda nacional, se le debe en gran parte la conmemoración que organizó acertadamente el Colegio de Periodistas de Costa Rica este 30 de mayo, con la inauguración de un mural alusivo en la entrada de sus instalaciones.

Concluyo refiriéndome a Verano rojo de Daniel Quirós, novela sobre el atentado de la Penca. Publicado en 2010, en este libro se resuelve un acontecimiento del pasado al tratar de solucionar un asesinato del presente.

El texto nos enseña a los periodistas que el ayer sigue viviendo en el presente, que para cerrar las heridas de ese pasado debemos actuar con responsabilidad, con coherencia, con valentía en nuestra importante tarea de informar y formar la opinión pública.  

Si logramos, como periodistas, cumplir con este ideario podríamos otorgarle una dimensión trascendente a la tragedia de La Penca.

Isabel Ovares Ramírez

Coordinadora de Prensa de la Presidencia de la República
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