El emblemático caso del Triángulo de la Solidaridad

Después de diez años sin resultados, se logró en siete meses desalojar un sector de este precario, de forma humanitaria, innovadora y articulada con la participación de diferentes actores, públicos y privados.  

En ese lugar se construirá el viaducto de mayor longitud del país como parte del proyecto de Circunvalación Norte.

 

“Es un caso emblemático, donde se aplicó por primera vez en Costa Rica un protocolo integral de desalojos”, comentó el Presidente de la República.

  Luego de diez años de intentos sin resultados, en menos de siete meses se logró concretar un desalojo humanitario de forma pacífica de un asentamiento humano informal ubicado en el sector denominado Triángulo de la Solidaridad, que impedía el avance del proyecto Arco Norte de Circunvalación y su conexión con la Ruta 32. De una manera respetuosa a los derechos humanos y sensible respecto a la situación social que conlleva este tipo de intervenciones, respetando la legislación, con liderazgo y fuerte coordinación inter institucional, se logró aplicar, por primera vez en nuestro país, un protocolo de atención integral de desalojos. El Presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, lo calificó como un hito y un caso emblemático al hacer una evaluación de los logros alcanzados en los primeros meses de su administración en el campo de la infraestructura. “Después de casi una década se logró desalojar de forma humanitaria el Triángulo de Solidaridad”, comentó. En este proceso, intervinieron diferentes actores bajo el liderazgo del Despacho de la Primera Dama, Claudia Dobles Camargo, con la representación de la comunidad por parte de doña Ana Martínez. Los Ministerios de Vivienda y Asentamientos Humanos, Obras Públicas y Transportes, Seguridad Pública y el Instituto Mixto de Ayuda Social fueron algunos de los principales actores institucionales que articularon el proceso.  

La historia del Triángulo de la Seguridad

  La cuenta el Viceministro de Vivienda y Asentamientos Humanos, Patricio Morera Víquez. “Una de las principales debilidades del Estado costarricense para ejecutar obra pública, es su descoordinación. Esta historia tiene que ver con un esfuerzo por vencer “el a mi no me toca” y de esta manera, concretar la construcción de una carretera vital para la movilidad y la economía del país, como es la Circunvalación Norte y su conexión con la ruta 32. El problema por resolver era como abrir paso a la ruta de la carretera – de manera respetuosa con los derechos humanos y sensible respecto a la situación social que conlleva este tipo de intervenciones- en medio de un asentamiento humano informal, habitado por cientos de familias, que, durante varias administraciones, ha impedido el avance de la obra. A nivel jurídico, los procesos de desalojo son responsabilidad del propietario registral. En este caso, el Ministerio de Obras Públicas y Transportes. Por otra parte, la responsabilidad del Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos es la de ofrecer las diversas opciones de acceso a vivienda a quienes califiquen para las mismas. Finalmente, corresponde al Ministerio de Seguridad, con fundamento en sentencia judicial que así lo determine, proceder con el desalojo. Protocolo integral. Esta delimitación de competencias no es del todo consistente con los compromisos de derecho internacional público que el país ha asumido respecto a poblaciones vulnerables como niñez, adultos mayores, migrantes, entre otros. Así las cosas, lo primero que se hizo, fue crear un protocolo de atención integral de desalojos, con la finalidad de generar procesos humanitarios y sensibles ante la realidad social, así como respetuosos del bloque de legalidad. De manera simultánea, se puso en práctica como prototipo en la comunidad el Triángulo de la Solidaridad. Para concretarlo, se aplicaron desde el primer minuto, los principios de la nueva gerencia pública: innovación, decisiones basadas en evidencia, trabajo en equipo y orientación a resultados. Específicamente, se caracterizó de manera minuciosa, mediante sistemas de información geográfica, toda la comunidad, a efectos de confrontar el mapa con la cartografía y calendario de avance de la obra. De esta manera, se identificó que zonas y en que tiempo, debían movilizarse. Nuestra meta, era no hacer ningún desalojo. En cambio, lograr reasentamientos concertados. Liderazgo de la Primera Dama. Luego, quincenalmente, bajo el liderazgo de la Primera Dama y con la participación de la comunidad, representada por doña Ana Martínez, se dio seguimiento al traslado de familias, una por una, según las diversas opciones que cada una gestionaba. En algunos casos con recursos públicos, en otras con recursos propios. No fue necesario hacer uso de la fuerza en ninguna de las etapas de reasentamiento concertado. Este fue uno de los principales logros: contar con la cooperación activa de una comunidad que mayoritariamente colaboró activamente con habilitar la zona de trabajo, siempre y cuando fueran partícipes del proceso. Asimismo, la empresa privada y el conjunto de instituciones facilitaron recursos para trasladar a familias; para solucionar problemas sobrevinientes, como el acceso a servicios públicos, los trámites de regulación migratoria o el acceso efectivo a subsidios. Gracias al liderazgo político y técnico, al diálogo y trabajo conjunto con la comunidad y a la gestión disciplinada y colaborativa pública, y privada; en menos de ocho meses, se habilitó la zona requerida y en este momento, la Circunvalación Norte se construye para incidir en el bienestar de todo el país, de cara al Bicentenario”. En este sector de Circunvalación Norte, con el que se finalizará una obra iniciada hace 40 años, se construirá el viaducto de mayor longitud del país y se conectará esta importante vía con la ruta 32.]]>