País urge aprobación de Reforma Fiscal

Al mes de julio se alcanza mayor déficit fiscal de los últimos seis años.  

Intereses conforman cerca de dos terceras partes del déficit fiscal.

 

Sectores que impulsan crecimiento de la economía tienen poca incidencia en recaudación.

    A julio de 2018, la reforma fiscal adquiere más relevancia, debido a que al cierre de este mes el déficit fiscal del Gobierno Central fue 3,3% del Producto Interno Bruto (PIB), el mayor de los últimos seis años. A pesar de que para este periodo las cifras de gasto muestran una desaceleración con respecto al mismo periodo del año anterior, esto no se refleja en el déficit financiero, debido a que los ingresos tributarios tienen una tasa de crecimiento más lenta a la observaba el año pasado.  “Los resultados de ingreso y gasto a solo cinco meses del cierre del 2018, nos enfrentan al déficit fiscal más alto de los últimos seis años, como resultado, principalmente, de dos factores: el alto nivel de financiamiento y la ralentización de la economía. Ante estas cifras, la reforma fiscal vuelve a tomar relevancia. Sin reforma no es posible revertir esta tendencia”, aseguró Rocío Aguilar, ministra de Hacienda. Los intereses siguen imponiendo presión sobre la dinámica del gasto corriente. Aproximadamente dos terceras partes del déficit fiscal obedece a este rubro, como se observa en el siguiente gráfico: “Cuánto más se demore el ajuste, más recursos tendremos que dedicar al pago de intereses. Este factor, aunado a la alta rigidez del gasto, impide destinar más a otros programas importantes para el desarrollo del país, como la construcción de obra pública, y esto se ve a julio, cuando hay una desaceleración en el gasto porque tenemos menos inversión en gasto de capital”, expuso la Jerarca. En materia de ingresos, se nota un lento crecimiento. Mientras que a julio de 2017 los ingresos tributarios crecieron 5,6%, a julio de 2018 lo hicieron a 2,4%. Los principales factores que explican este comportamiento son: (i) el menor crecimiento en las retenciones de tarjetas de crédito y/o débito, (ii) la disminución en las utilidades del sector financiero, (iii) la finalización del efecto de la Ley de Banca para el Desarrollo sobre el impuesto a remesas al exterior, (iv) la menor importación de vehículos, (v) el aumento en el uso de créditos fiscales y (vi) la desconexión entre crecimiento económico y recaudación de impuestos. “El repunte en la actividad económica no se está traduciendo en más ingresos, porque los sectores que impulsan el crecimiento tienen poca incidencia en la recaudación. Cito a manera de ejemplo el sector servicios que hoy no está gravado con el impuesto sobre las ventas. Lo anterior, es un llamado de atención sobre las consecuencias de no avanzar más rápidamente en acuerdos que nos permitan contar con una reforma fiscal que le dé sostenibilidad a las finanzas públicas, con modificaciones legales que graven algunas de estas actividades”, indicó Rocío Aguilar ministra de Hacienda.]]>