OEA: Costa Rica no está dispuesta a hipotecar su credibilidad por la inacción política ante situación de Venezuela

  • Para el país existe una grave falta de coherencia entre los compromisos que todos  los países miembros firmaron en la Carta Democrática y en la misma Carta de esta OEA, y quienes están o no dispuestos a honrarlos.
  • Costa Rica fue enfática en señalar que no está dispuesta a hipotecar su credibilidad ni la del sistema multilateral por la falta de voluntad política para tomar decisiones necesarias y oportunas, tanto en Venezuela como en algunos sectores de la comunidad internacional, para encontrar una solución democrática, pacífica y viable a la crisis sistémica y estructural que ese país enfrenta, así lo afirmó el Canciller de la República, Manuel A. González Sanz, tras su intervención de este martes en la 47 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que se celebra en Cancún, México y luego que los Estados Miembros de dicho organismo no lograran adoptar una declaración sobre la situación política en la República Bolivariana de Venezuela.

    El Ministro destacó que no es suficiente continuar expresando nuestra preocupación ante la ruptura del orden democrático y constitucional en la República Bolivariana de Venezuela, al tiempo que enfrentamos obstáculos para que la totalidad de los Estados Miembros de esta Organización condenemos con claridad y contundencia, como corresponde, la inminente instauración de una Asamblea Nacional Constituyente viciada e ilegítima, que atentara una vez más contra las pocas instituciones que subsisten, contra las necesarias fronteras entre los poderes del Estado, y que golpeará a un pueblo que sufre simultáneas crisis: la económica, la del régimen político, la de alimentos y medicinas, la de derechos y libertades, que su gobierno no es capaz de reconocer ni atender, menos remediar. 

    “Costa Rica no puede guardar silencio ante un régimen que restringe el derecho al voto; que mantiene presos políticos; procesa a civiles en tribunales militares; persigue a la oposición y la inhabilita para ejercer cargos públicos; cierra y bloquea las señales de medios de comunicación; acalla y reprime con violencia las voces críticas de periodistas, estudiantes, representantes de la sociedad civil y de defensores de derechos humanos y realiza detenciones arbitrarias. Todo esto sucede, paradójicamente, mientras Venezuela ocupa un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, y mientras algunos miembros de la comunidad internacional tendemos la mano sin ser escuchados y, más bien, con frecuencia rechazados con ofensas”.

    “No podemos guardar silencio ante un régimen que suspende a su antojo elecciones y desprecia la supervisión internacional; gasta sus recursos en armamento y otorga armas de fuego a civiles; deteriora el aparato productivo con expropiaciones y restricciones al sector privado y viola -ante nuestra mirada incrédula- su propia Constitución, mientras utiliza el escudo de la soberanía para actuar con impunidad y atacar el escrutinio externo”, afirmó el Canciller González.

    Costa Rica dejó en claro que apoya incondicionalmente el nuevo llamado de la Santa Sede a una “negociación seria y sincera” entre las partes, pero no para ganar tiempo, vaciar las calles y perpetuarse en el poder. Una “negociación seria y sincera” demanda condiciones claras, un cronograma, plazos y garantías para la transición.

    Sobre esa base hizo un llamado urgente a entablar ese tipo negociación con resultados. “Es un llamado que nace de nuestra firme convicción de que la inacción cobra un precio demasiado alto y que se mide en vidas perdidas. Los países aquí reunidos integramos un sistema y, por ser precisamente un sistema, el quiebre formal de una democracia en uno de los países miembros no puede pasarse por alto, porque la crisis venezolana es una crisis del hemisferio. Que no se nos olvide eso”.

    Costa Rica destacó que aspira a que el encuentro sirva como un punto de inflexión, para promover el diálogo y la negociación con resultados, para renovar el compromiso con la construcción colectiva de la democracia.

    “Trabajemos juntos para devolverle su robustez a la democracia latinoamericana, su vitalidad al sistema interamericano y su fuerza al multilateralismo efectivo. La OEA es una voz y fuerza moral en el continente y es bajo sus auspicios que debemos actuar con valentía, para defender la democracia, esa verdadera que más allá de las palabras nos garantiza el Estado de Derecho, la separación de poderes, la transparencia y la alternancia en el ejercicio del poder, el diálogo permanente, el derecho al disenso, el pluralismo, la tolerancia y el ejercicio de la crítica. Cuando están en juego vidas humanas y los más fundamentales de nuestros derechos y libertades, no nos es permitido el silencio. Los hechos hablarán por nosotros y la inacción nos lo reprochará y con justa causa”, aseveró el Ministro González.

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