Tras haber conversado con la Viceministra de la Presidencia, Ana Gabriel Zúñiga Aponte, y en total acuerdo con ella, hemos decidido que voluntariamente ella deje de recibir el 20% de compensación salarial sobre el cual existen interpretaciones discrepantes acerca de si procede o no ese pago Ella no recibirá ese porcentaje de la compensación hasta que las instancias administrativas correspondientes analicen su caso específico y se pronuncien oficialmente. En el caso de que el pronunciamiento concluya que el pago no procedía, ella reitera su total disposición de reintegrar los recursos que se le hubieran pagado de más. Y para que no quede ninguna duda, y pese a que está de vacaciones, ella me envió una nota donde consta su decisión de dejar de recibir ese porcentaje de compensación salarial. La viceministra me ha reiterado que hasta el momento ella ha actuado de buena fe y de acuerdo con la normativa y la jurisprudencia vigente. Sin embargo, renuncia a recibir el monto sobre el cual hay opiniones divergentes, como un acto de respeto y prudencia ante los cuestionamientos existentes. A la vez, he solicitado al Ministerio de la Presidencia hacer una consulta formal a la Procuraduría General de la República para que, ante las diferentes interpretaciones acerca de la compensación salarial que le corresponde a la Viceministra, indique cuál es el porcentaje que legalmente ella debe percibir. También pedí al Ministerio de Hacienda que explique a la ciudadanía y a los medios de comunicación los frecuentes problemas existentes en cuanto a pagos erróneos que en ocasiones se le asignan a funcionarios públicos, y los procedimientos existentes para corregir esos errores y devolver los recursos recibidos de más. Esta Administración ha actuado siempre apegada de manera estricta a los principios de transparencia y legalidad. Cuando hemos detectado que puede haber un error en el pago que han percibido algunas funcionarias, las personas aludidas han renunciado al beneficio cuestionado y reintegrado los recursos de acuerdo con lo que establece la ley. En este Gobierno ningún jerarca a quien se le haya señalado un posible error en sus pagos ha dejado de devolver los montos en discusión. Ningún jerarca se ha apropiado de fondos públicos ni ha cometido acto alguno de corrupción y tampoco existe algún procedimiento judicial que así lo indique. Esto es necesario recalcarlo porque en las últimas semanas han arreciado los intentos fallidos de diferentes personas para señalar actos de corrupción donde no los hay. Han arremetido contra mi familia, mis hijos, mis hermanos, sin que se pueda encontrar ninguna acción indebida. Han intentado cuestionar a prácticamente todo mi gabinete, sin que haya una sola acusación fundamentada. Han intentado manchar nuestro honor sin que haya una sola mácula de corrupción, (en un gabinete donde incluso hay jerarcas que no cobran su salario, o que han aceptado su puesto renunciando a posiciones mejor remuneradas). Es evidente la desesperación de algunos ante la constatación de que 32 meses después de haber asumido el poder no ha habido actos de corrupción en esta Administración. Es evidente la desesperación ante un Gobierno que ha logrado hacer crecer la producción nacional en medio de un contexto fiscal desfavorable, un Gobierno que ha logrado reducir la pobreza con métodos innovadores, un Gobierno que está desentrabando la construcción de obra pública estratégica en carreteras, escuelas y acueductos, y que lo está haciendo con absoluta honestidad y transparencia. Y es evidente la desesperación de quienes nos critican, porque saben que la población costarricense se está dando cuenta de que gobernamos con efectividad, responsabilidad, seriedad, probidad y austeridad. Quienes en mayo del 2014 auguraban un desastre en la conducción del país, hoy están desesperados frente a un país donde crecen las exportaciones, la inversión extranjera directa, el turismo; donde la inflación se mantiene casi en cero, disminuyen las tasas de interés, se aumenta la recaudación y disminuye el ritmo de crecimiento del gasto público; una administración que logró reducir el déficit fiscal a un porcentaje menor que el recibido en 2014, aunque no hayan sido aprobados los necesarios tributos para evitar una crisis en el futuro cercano. Sabemos que están desesperados y que seguirán intentando señalar trochas de corrupción donde solo hay puentes de amor por el país. Intentan encontrar equivalencias entre posibles errores administrativos y horrores de corrupción que han conmovido a Costa Rica en el pasado. Y sabemos que seguirán buscando fantasmas en sus propias sombras. Nuestro compromiso con la honestidad y la transparencia es absoluto y por eso estamos dispuestos a que nos investiguen, a que nos pidan cuentas, a que nos escruten. Y siempre estaremos ahí para responder, para rendir cuentas, para explicar cada uno de nuestros actos, porque no le tememos a la crítica, ni a los señalamientos, porque actuamos de buena fe y de manera responsable, diligente y cristalina ante el país.]]>