Especialistas españoles catalogan los 38 telones que resguarda el Teatro Nacional como un patrimonio invaluable y difícil de encontrar en el mundo.Experta española afirma que país debería estudiar la apertura de expediente para declarar al Teatro Nacional como Patrimonio Material de la Humanidad. San José, 18 de enero de 2017. La historia y el patrimonio que alberga el Teatro Nacional de Costa Rica (TNCR) resulta invaluable para los costarricenses; sin embargo, esa apreciación cobra mayor significado, cuando se pone en valor, en palabras de una experta internacional.
Los especialistas españoles, Carmen Pérez García y Juan Pérez Miralles, se encuentran en el país para realizar un diagnóstico de la colección de 38 telones (Uno de boca, dos de entre escenas y 35 escénicos[1]) que se trajeron desde Italia para la inauguración del Teatro Nacional de Costa Rica (TNCR), en 1897.
Pérez García, quien es parte del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Generalitat Valenciana, además es catedrática del Departamento de Conservación y Restauración de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Politécnica de Valencia, ha participado en numerosos proyectos de investigación relacionados con la conservación y la restauración del patrimonio histórico-artístico.
La especialista aseguró que como esta colección de telones quedan pocos en el mundo, en cuanto a calidad y cantidad. “Tal es el valor, que he propuesto que se abra un expediente para declarar al Teatro Nacional como Patrimonio Material de la Humanidad. Creo que el Teatro y estos telones tienen tanta importancia que el gobierno costarricense se lo debería proponer, porque es algo único”, expresó.
La catedrática afirmó además que “el diagnóstico indicará el sistema que se debe utilizar para restaurarlos o si se necesitará intervención por parte de una universidad costarricense o española, o pensar en un Convenio de Cooperación Iberoamericano”.
Fred Herrera, director del Teatro Nacional, destacó que “los telones originales con los que se abrió el Teatro Nacional son un tesoro nacional por su antigüedad y porque son parte del mobiliario original de la institución. Muy pocos teatros en el mundo cuentan con esta característica, elemento que nos distingue no solo por la belleza del edificio, sino porque a lo largo de los años las personas que lo han custodiado se han transferido unos a otros esta responsabilidad”, aseguró.
Según Carmen Marín, encargada de los bienes patrimoniales muebles del TNCR, es necesario realizar este diagnóstico con el fin de determinar si es factible su restauración, el orden de prioridad, la forma y materiales para el embalaje, entre otros.
Proceso de restauración. El proceso de diagnóstico incluye la toma de fotografías con luz natural, infrarroja y ultravioleta, además se realizan detalles de los retos principales y problemas de conservación. “Debido a que se usaron durante mucho tiempo y luego se almacenaron, presentan zonas con pérdida de color, pero no son pérdidas totales ni en zonas vitales, por lo que son fácilmente recuperables”, informó Pérez García.
Se calcula que a finales de febrero los especialistas brinden los resultados arrojados. Sin embargo, en cuanto al término que tardaría el proceso total de restauración, la especialista afirma que resulta complejo de determinar. “Tendríamos que formar equipos, traer gente de afuera, pero lo idóneo sería formar a gente costarricense para que sean ellos mismos quienes lo vayan haciendo”, destacó la experta quien agregó que “el estado de conservación de los telones, se atribuye a que al igual que al teatro, se han cuidado con mucho amor. Los conservadores, historiadores y directores, todos han tenido que ver con esto”, concluyó.
A pesar de que los expertos afirman haber encontrado los telones en muy buenas condiciones, el trabajo de restauración de un telón de estas dimensiones, necesita el trabajo de unas 10 personas a tiempo completo, durante un año, según la experiencia reciente de Pérez, quien además sugiere que una vez que los telones estén restaurados, se puedan mantener en una sala de peines (sala de conservación de acervo que permite la exhibición).
Historia de los telones. De acuerdo con el Teatro Nacional, las decoraciones escénicas se embarcaron en 1894 desde Génova y Marsella, por lo que su infraestructura ha sufrido daños y deterioros producto del paso del tiempo, su utilización, fenómenos naturales, contaminación ambiental, entre otros.
Con el transcurrir de los años, debido a su fragilidad, dejaron de ser empleadas y fueron almacenados sin contar con medidas adecuada para su embalaje.
En la década de 1980 se hizo la última revisión de las piezas existentes y para entonces se hallaron considerables daños; posterior a ello, se han resguardado en un depósito y hasta esta semana, después de más tres decenios, fueron nuevamente puestos a la vista.
La dimensión aproximada de cada uno de los telones es de 12 x 10 metros, están elaborados con tela de lino.]]>