Atención a secuelas de la peor sequía en 78 años; erupciones permanentes del volcán Turrialba y el paso del primer huracán por el territorio nacional.Esquema novedoso de atención se utilizó para enfrentar los embates del huracán Otto que se sumó a la potente solidaridad del pueblo costarricense. En el 2016, Costa Rica sufrió el inédito impacto de un huracán; Guanacaste, Puntarenas y algunas zonas de Alajuela padecieron las secuelas de la peor sequía en 78 años; el Gran Área Metropolitana (GAM) sintió las erupciones y lanzamiento de ceniza del volcán Turrialba, una circunstancia solo vivida por quienes tienen más de 50 años de vida y conocida por el resto en blanco y negro.|
Lo que pudo ser un año de calamidades se convirtió en un año de aprendizajes y, sobre todo, de oportunidades. Prevención, asistencia, respuesta inmediata, transparencia en el uso de los recursos de los decretos emitidos y atención, articulada de las instituciones fueron las claves para que esos fenómenos naturales no castigaran más a la población.
ATENCIÓN DE LA SEQUÍA De ese modo, por ejemplo, se evitó que en la Región Chorotega familias cayeran en la pobreza o la pobreza extrema por el impacto de la sequía causada por el fenómeno de El Niño; se evitó la muerte de ganado, piedra angular en la economía de la zona. De hecho, según datos de la reciente Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) esta es la segunda región con menor incidencia de pobreza (23,6 %), una disminución, además, del
de 3,4 % respecto al 2015. Gracias a la agilidad en la asignación de los recursos públicos dedicados a atender esta emergencia, ya ejecutados en un 71% (a pesar de que la ley da un plazo de 5 años); 100 productores que estaban en riesgo de perderlo todo se estabilizaron y se mantuvieron activos. A Guanacaste se le destinaron ₡ 4.781 millones para la atención de la sequía. Con estas acciones, se cumplieron los tres objetivos de la atención de la emergencia de la sequía: reducir la mortalidad de animales, lograr el menor impacto posible en las familias y evitar que los productores abandonen la actividad a la que se dedican.
LAS CENIZAS DEL TURRIALBA Un panorama similar se presentó con la atención de la emergencia por el volcán Turrialba, pues de manera preventiva se activaron los protocolos de monitoreo y acciones en la zona de influencia de la actividad volcánica, el cual incluye los cantones de Turrialba, Alvarado, Oreamuno, Jiménez, Cartago centro Coronado, Moravia y Goicoechea, para permanecer alertas acerca del impacto de la ceniza sobre la salud humana y animal, el agua y la producción agrícola.
En ese sentido, el énfasis preventivo se puso sobre la atención de personas y animales afectados; organización y capacitación de las comunidades influidas; rehabilitación de caminos para ser usados como eventuales rutas de evacuación; vigilancia del volcán de forma científica y técnica.
La articulación de la Comisión Nacional de Prevención de Emergencias y Atención de Riesgos (CNE) con el Comité Local de Emergencias de Cartago es una de las medidas preventivas ante la actividad volcánica, lo que permite constantes actualizaciones acerca de la situación del coloso. De esta manera, se mantiene la guardia en alto y se dispone de información adecuada, lo que permite contrarrestar rumores, especulaciones y noticias infundadas. No olvidemos que una parte importante de la atención de las emergencias reside en que la población mantenga la calma.
RESPUESTA Y ARTICULACIÓN PARA ATENDER PASO DE OTTO Tal vez, todo lo anterior quede más claro con la atención de la emergencia provocada por el huracán Otto. Este fenómeno climatológico presentaba un agravante: nunca antes Costa Rica había sufrido el embate de un huracán, por lo que el país no contaba con la experiencia para enfrentar tal situación.
“La articulación de las instituciones públicas costarricenses, empezando por las de primera respuesta, permitió adecuadas acciones preventivas para enfrentar el paso de este huracán. También dio espacio a la información veraz emitida por los canales oficiales, pues esta emergencia sufrió, más que las otras dos reseñadas en este artículo, el flagelo de los rumores infundados y de las noticias decididamente falsas. Un resultado de esta situación fue que las personas buscaron y confiaron en las informaciones suministradas por las fuentes oficiales”, indicó el Presidente de la CNE, Iván Brenes.
Si bien el país lamentó la pérdida de la vida de 10 costarricenses –el Gobierno decretó tres días de duelo nacional por ello-, las medidas de evacuación salvaron la vida de miles y permitió que no hubiese desaparecidos. Esto se explica, en buena medida, a la movilización previa que se hizo y a que no se esperó al decreto de alerta roja para actuar.
“En esta administración se emitió un procedimiento, eso permitió que habiendo declarado la emergencia, no se requiriera esperar al Plan General”, manifestó Carlos Paniagua, de la Unidad de Desarrollo Estratégico de la CNE en Gobierno.cr
Una novedad en la atención de la emergencia, fue la determinación del presidente de la República, Luis Guillermo Solís Rivera, de nombrar jerarcas del Gobierno como responsables de vigilar la entrega rápida y eficiente de la ayuda en los territorios afectados.
Estos jerarcas debían coordinar con las autoridades locales para garantizar la fluidez de las ayudas y tenían la potestad completa de tomar las decisiones en caso de entrabamientos. Ese esquema, nunca utilizado en una emergencia, agilizó de forma notable las labores de atención y normalización.
“No reconstruyamos emergencias y desastres”, expresó el presidente Solís Rivera en su visita a Puerto Jiménez, una de las comunidades afectadas. Tras el huracán, queda planteada la posibilidad de ir más allá de la reconstrucción. Este puede ser el momento de cambiar “escollos estructurales”, para ver más allá: la oportunidad que deja una crisis.
“El Plan de Reconstrucción por tanto deberá ser una oportunidad para aprovechar esta crisis y tejer un desarrollo local de crecimiento, innovación, sostenibilidad, resiliencia e integración social”, resaltó la Ministra de Planificación, Olga Marta Sánchez.]]>