Mensaje del Presidente de la República ante Diálogo de Alto Nivel sobre Movimientos Masivos de Refugiados y Migrantes

Es un gran honor participar en este encuentro para abordar el fenómeno de los movimientos masivos de personas, el cual debe ser de ocupación de todos nosotros.

Por ello, saludo con entusiasmo este proceso, a la Declaración Política y a sus dos anexos que hoy, como comunidad internacional, estamos adoptando; la cual nos permitirá afrontar el reto de proveer los medios necesarios para que las personas migrantes y refugiadas cuenten con nuestro apoyo y confianza de que su seguridad y humanidad serán preservadas durante y después de sus travesías.

Reitero mi complacencia con estos esfuerzos globales en los que todos tenemos la obligación moral de aportar proporcionalmente en la solución de un fenómeno, cuya atención exige que las responsabilidades que se adquieren y se delegan, correspondan a las capacidades y recursos que se tengan.

La colaboración estrecha y coordinada entre los países de origen, tránsito y destino es necesaria en aras de garantizar mecanismos que preserven la seguridad y dignidad de aquellos que migran, eliminando así los muchos peligros que enfrentan durante sus travesías. A estas pericias son más vulnerables los niños y las niñas y las mujeres, así como las personas LGBTI, a quienes debemos proteger con especial atención.

Costa Rica es una nación de migrantes, los cuales se han integrado y contribuido a nuestra sociedad e idiosincrasia. Sin embargo, en los últimos meses nos hemos convertido en país de tránsito de miles de personas, cuyo fin último es alcanzar mejores niveles de bienestar.

La situación actual es compleja. La intensidad y dimensiones de este flujo nos han obligado a desviar recursos ya de por sí escasos para la atención de estas personas, han despertado la solidaridad de la ciudadanía, así como el establecimiento de mecanismos regionales para salvaguardar la plena convicción de cumplimiento con los derechos humanos y de preservar la dignidad de quienes migran.

El año pasado todos los Estados miembro de las Naciones Unidas nos comprometimos a no dejar a nadie atrás, al adoptar la agenda 20 30. Cientos de millones de personas residen en este momento en un país que no es el suyo. Sin su contribución y su inclusión en los esfuerzos de desarrollo, el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, será imposible de alcanzar.

Al igual que la atención que merecen las personas migrantes, debemos garantizar a nuestra gente oportunidades de empleo, seguridad, estabilidad política, libertad de expresión, sociedades inclusivas y ambientes sanos y aptos para propiciar las herramientas necesarias para alcanzar un desarrollo sostenible, con plena conciencia de que aquellos en situaciones de mayor vulnerabilidad deben ser prioridad. La integración e inclusión en estos procesos son de gran importancia para garantizar el acceso a la educación, a la salud, y a la justicia. Combatir la xenofobia, el racismo y la discriminación es también vital para la inclusión efectiva.

El empoderamiento económico de las mujeres es de especial atención, siendo éstas agentes de desarrollo y de crecimiento económico, así como líderes naturales en sus comunidades. Incluir a las mujeres migrantes y sus necesidades especiales, no sólo es necesario, sino algo inteligente para hacer, de la mano de la lucha histórica contra la violencia, la discriminación y los estereotipos de género que aún prevalecen en nuestras sociedades.

Invertir mayores esfuerzos en prevenir la violencia y promover sociedades pacíficas es un imperativo. Mi país ha sido un abanderado en la promoción de la paz y el respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales y continuaremos realizando esfuerzos en este campo.

Me complace compartirles que recientemente adoptamos la Declaración de Acción de San José, la cual establece medidas que abordan el creciente fenómeno de movimientos migratorios mixtos, incluyendo el desplazamiento forzado de quienes huyen de la violencia y la explotación generadas por grupos de delincuencia organizada en el Triángulo Norte de Centroamérica.

Debemos estar listos para dar respuesta rápida y efectiva a los desastres y abordar el impacto adverso del cambio climático. En este sentido, les insto a ratificar e implementar el Acuerdo de París sobre Cambio Climático en su totalidad. Mi país espera ser una de las primeras naciones en poder ratificarlo.

Reitero nuestra complacencia por los esfuerzos para fortalecer la gobernanza global de la migración, de ahí que celebramos el acuerdo de colaboración firmado entre las Naciones Unidas y la Organización Internacional de las Migraciones, cuyo trabajo y dedicación agradecemos.

Debemos seguir avanzando en estos temas y, por tanto, apoyamos la continuación de los Diálogos de Alto Nivel sobre Migración y Desarrollo, así como la realización del siguiente antes del 2019.

Finalmente, expreso mi congratulación por los esfuerzos que culminarán en la adopción del Compacto Global sobre Refugiados y el Compacto Global para una Migración segura, ordena y regular, en el 2018.

Gracias

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