La inversión del proyecto es de alrededor de $1.400 millonesSu potencia será de 305,4 megavatios y dará energía para 525 mil hogares en promedio La obra ingeniería más grande en la historia de Costa Rica, el Proyecto Hidroeléctrico Reventazón (PHR), se prepara para generar su potencia, que permitirá dar energía a medio millón de hogares: el 23 de marzo se conectó al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y cinco días después, la primera turbina empezó a generar corriente, por 75 megavatios de potencia.
En promedio, esta energía permite abastecer el consumo de unos 125 mil hogares. Es el primer paso para el segundo proyecto de infraestructura más grande de Centroamérica, solo superado por el canal de Panamá, y que será la planta hidroeléctrica de mayor capacidad en la región, con 305,5 megatavios, un 12% de la capacidad eléctrica del país y una energía equivalente al consumo promedio de 525 mil hogares.
Con este proyecto, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) cumple su compromiso de proporcionar energía limpia y renovable para el país, en un proceso que arrancó en el 2010, y que la presente administración recibió en alrededor de un 80% de su avance. En la actualidad, se encuentra a un 98% de su desarrollo.
El proceso se completará cuando sus cuatro unidades y la adicional –en su central de compensación ecológica- estén funcionando al mismo tiempo. Se espera que las tres turbinas más la unidad adicional se incorporen progresivamente a lo largo de este año.
“Nos sentimos orgullosos de servirle al país. Hemos trabajado con eficiencia y eficacia en la planificación, el estudio, el diseño y la construcción del Reventazón”, destacó Carlos Obregón, presidente ejecutivo del ICE.
El proyecto El área de construcción se ubica en los distritos de La Florida y Siquirres, en el mismo cantón de Siquirres. Se encuentra a 38 kilómetros aguas abajo del sitio de restitución de la casa de máquinas de la Planta Hidroeléctrica Angostura.
Se compone a su vez de 12 megaobras, como la subestación que entró en funcionamiento en enero. Entre sus obras físicas principales son la presa, el vertedor, la cortina de impermeabilización, la toma de aguas, la descarga de fondo, el túnel de conducción, la tubería de presión, el tanque de oscilación, la casa de máquinas, la central de compensación ecológica y la subestación eléctrica.
Su construcción y particularmente su financiamiento, constituyó para las autoridades del ICE un reto complejo y, al mismo tiempo, la culminación de seis décadas de experiencia en esquemas financieros destinados a proyectos eléctricos.
Con la meta de redondear con éxito un monto de inversión inicial elevado –estimado en $1.379 millones–, el Instituto recurrió a un sistema mixto, apalancado en esa amplia experiencia y el prestigio reconocido en gestión ante organismos financieros internacionales.
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