Discurso del Monseñor Antonio Arcari, Nuncio Apostólico en Costa Rica

SALUDO AL PRESIDENTE

Excelentísimo Señor Don Luis Guillermo Solís Rivera, Presidente de la República. Distinguida Primera Dama Doña Mercedes Peñas Domingo. Excelentísimo Señor Don Manuel González Sanz, Ministro de Relaciones Exteriores y Culto.

Una vez más, en nombre de los Señores Embajadores, Encargados de Negocios y Representantes de los Organismos Internacionales acreditados ante el ilustre Gobierno de Costa Rica, tengo  el alto honor de presentar a sus Excelencias, Sr. Presidente de la República Don Luis Guillermo Solís Rivera y Sra. Primera Dama, así como a nuestro interlocutor directo, al querido señor Ministro de Relaciones Exteriores y Culto y a todo el Pueblo de Costa Rica, el más cordial y atento saludo de Año Nuevo con los deseos más fervientes de paz.

Al mismo tiempo, me permito traducir el sentimiento de amistad y cooperación de los Gobiernos y los pueblos que nos honramos en representar, en aras de fortalecer aún más las estrechas relaciones de nuestras naciones con Vuestro país y disfrutar de la hospitalidad que nos brinda esta casa privilegiada de la convivencia y la fraternidad que es Costa Rica.

En el mundo, como decía el Papa Francisco “Las guerras y los atentados terroristas, con sus trágicas consecuencias, los secuestros de personas, las persecuciones por motivos étnicos o religiosos, las prevaricaciones, han marcado de hecho el año pasado, de principio a fin, multiplicándose dolorosamente en muchas regiones del mundo, hasta asumir las formas de la que podría llamar una «tercera guerra mundial en fases». Pero algunos acontecimientos de los años pasados y del año apenas concluido me invitan, en la perspectiva del nuevo año, a renovar la exhortación a no perder la esperanza en la capacidad del hombre de superar el mal, con la gracia de Dios, y a no caer en la resignación y en la indiferencia.” (Mensaje para la celebración de la XLIX Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2016). Me complace decir que somos testigos de la aspiración ardiente del pueblo costarricense hacia la paz, la solidaridad y el progreso social. Las delegaciones de los países amigos representan aquí, la buena voluntad y el compromiso de solidaridad de nuestros gobiernos y de nuestros pueblos con este querido país.

Costa Rica, en el año que acaba de pasar ha tenido una destacada acción diplomática; esto se ha visto plasmado en la organización de varios eventos importantes como la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC); la VII Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Foro de Cooperación América Latina- Asia del Este (FOCALAE), y la 27ª Reunión Anual de los Presidentes de los Órganos de Tratados, siendo el primer país en América Latina en acoger este tipo de reunión.

En su Carta Encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común, el Santo Padre Francisco decía: “(…) la misma inteligencia que se utilizó para un enorme desarrollo tecnológico no logra encontrar formas eficientes de gestión internacional en orden a resolver las graves dificultades ambientales y sociales. Para afrontar los problemas de fondo, que no pueden ser resueltos por acciones de países aislados, es indispensable un consenso mundial” (n. 164).  Hay que notar que en la 21 Conferencia de los Estados Partes de la convención de las naciones Unidas contra el Cambio Climático (COP21) Costa Rica promovió una acción climática laudable, centrada en las personas, que debe garantizar los derechos humanos, y que debe considerar que frente al cambio climático se requiere la participación activa de todos los sectores y todos los habitantes del planeta y de la transformación de los patrones de consumo.

En el plano internacional, el Cuerpo Diplomático y la comunidad internacional  reconoce y agradece a Costa Rica por  el intenso trabajo del Gobierno y del noble pueblo costarricense que, junto a religiosos y voluntarios, prestan todos los cuidados posibles y necesarios a los numerosos migrantes cubanos varados en este País, desde varios meses.

Por todo lo anterior, Costa Rica ha logrado robustecer la capacidad de interlocución por intermedio de los mecanismos bilaterales y multilaterales de concertación política, ha demostrado probada capacidad para generar consensos sólidos sobre los principales temas de la agenda regional y global, – lo que le ha ganado oportunamente el reconocimiento de la comunidad internacional. La buena voluntad de encontrar soluciones a las controversias entre los Estados por medio de mecanismos pacíficos, fortalece el Derecho Internacional y reafirman su prevalencia como mecanismos de acuerdos, entendimiento universal y garantía de la paz.

Como augurio para este año, deseamos a Vuestra Excelencia, Señor Presidente, a su Ilustre Gobierno y al Pueblo Costarricense, la consolidación de los profundos valores humanos, morales y religiosos con los cuales este País se ha distinguido. En especial los que se refieren a una vida social en armonía, haciendo que la paz y la prosperidad sean una realidad en su esencia.

En nombre de mis colegas, Embajadores, Honorables Jefes de Misiones Diplomáticas y Organismos Internacionales, expreso cordialmente a Vuestra Excelencia, los más sinceros votos para que el Señor sea pródigo en bendiciones para con Vuestro país y le depare muchos éxitos en su gestión.

Le extendemos estos nuestros deseos a Vuestra familia y le auguramos prosperidad, dicha y felicidad a esta Nación amiga. Que el Señor  bendiga con sus más selectos favores al pueblo costarricense.

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