Nació en Cuba el 14 de junio de 1845, y falleció en una batalla en la isla, el 7 de diciembre de 1896, a la edad de 51 años. Su padre era un mestizo venezolano, Marcos Maceo; su madre una mulata cubana liberta, Mariana Grajales.
Uno de los líderes más destacados de la independencia de América Latina del siglo XIX, conocido como el Titán de Bronce. Intervino en más de 600 combates, y se le recuerda como soldado, estratega y pensador, inclaudicable luchador que enlazó y defendió siempre unidas las causas del ideal republicano y la lucha contra la esclavitud.
Ingresó al Ejercito Libertador Cubano, donde ascendió de sargento a Mayor General. Destacó por su valentía y por ser un estratega militar de los mambises (como se conocía a los independentistas cubanos), lo que le permitió imponerse en batallas donde sus rivales le superaban en proporción de cinco a uno.
Participó en la “Guerra de los Diez Años” (1866 a 1876) por la independencia de Cuba, con el encargo de dirigir la contienda en el extremo oriental de la isla. Rechazó la amnistía del Pacto de Zanjón con que terminó esta guerra.
De 1884 a 1890 intentó organizar nuevos alzamientos que no se concretaron, por lo que las autoridades españolas lo expulsaron de Cuba en 1890.
Fue a vivir a Haití y a Costa Rica, a Guanacaste, desde 1891, con el propósito de construir una colonia agrícola de cubanos. Aquí fundó el poblado La Mansión de Nicoya, tras firmar un acuerdo con el gobierno del presidente José Joaquín Rodríguez.
Él, comprende la urgente necesidad de concebir nuevas condiciones económicas, políticas y sociales para resolver el problema de la independencia de Cuba. Para esto debía crearse una base económica productiva, que favoreciera las decenas de cubanos diseminados por el Caribe, Centroamérica, México y los Estados Unidos. Hacia eso encamina sus pasos, para reincorporarlos a la lucha independentista. Se decide por Centroamérica, donde se desarrolla una política de fomento agrícola y escogió Costa Rica.
Aquí lo contactó José Martí para iniciar la guerra del 1895, llamada por él la “Guerra Necesaria”. Tuvo una breve pero intensa correspondencia con Martí, en la que ambos externaron sus criterios sobre revolución y gobierno. Con Martí tuvo constantes diferencias, que los llevaron a fuertes discusiones, a pesar de que los unía la causa independentista.
La Mansión de Nicoya quedo impregnada para siempre en José Martí, como un modelo de organización de trabajo. Era como una pequeña república, sin distinciones por el color de la piel o por la procedencia social; allí también se construyó una escuela para instruir y educar a los niños. Fue obra infatigable del General Antonio, llevaba el sello de su espíritu revolucionario, de sus cualidades de agricultor, de comerciante y revolucionario.
En 1896 Maceo participó en la invasión occidental de Cuba, que avanzó a pesar de enfrentar fuerzas superiores. Sin embargo, en diciembre de 1896, cuando buscaban cortar una cerca para continuar la marcha, fue atacado por una columna española y pereció en el combate.
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