El domingo 25 de julio de 1824 el país se engrandeció cuando el Partido de Nicoya decidió anexarse a Costa Rica.
Guanacaste es tierra hermosa, de gente valiente, honesta, trabajadora y con un cariño sin parangón. Guanacaste es paisaje de playas, volcanes y golfos, motor del turismo, el agro y la cultura nacional. Sin duda, su aporte al resto de Costa Rica es inconmesurable y el país tiene deudas históricas con la provincia, pero nuestra Administración, junto con los y las guanacastecas, se ha comprometido a impulsar soluciones que mejoren su calidad de vida.
Hemos dado ya los primeros pasos. Las mejoras en infraestructura educativa y vial comienzan a verse. Las inversiones en salud, nuestro compromiso con la capacitación de sus habitantes para encontrar empleos de calidad, el apoyo a los productores agropecuarios y las acciones para solucionar el problema de abastecimiento del agua son esfuerzos que damos al lado de las comunidades, con resultados que ya germinan.
Como bien lo recuerda el Himno de la Anexión: Guanacaste, “no has cedido jamás en la brega”. Tampoco sus actuales habitantes ni el Gobierno hemos cedido ante la difícil situación que vive la provincia por la sequía. Frente a esa dura realidad ejecutamos acciones de mitigación para contrarrestar el dolor ocasionado por la peor escasez de lluvia en los últimos 80 años.
Los resultados que mostramos son obras fruto del esfuerzo de todos los y las costarricenses, el resultado tangible de sus impuestos, la manifestación de su voluntad para superar las dificultades en comunidad, de su voluntad de trabajo inclaudicable, de su voluntad de progreso. Por eso nunca mejor dicho: “DE LA PATRIA POR NUESTRA VOLUNTAD”.
