Aquí reunidos, en esta siempre hermosa y cálida tierra panameña, coincidimos en declarar al unísono nuestro compromiso para “Fortalecer la democracia y el Estado de derecho” La Carta Democrática Interamericana, nos dice que la democracia no solo significa ser elegido democráticamente, sino también gobernar democráticamente… y esto significa mejorar la calidad de vida de las personas, apostar por un verdadero crecimiento económico con desarrollo humano; significa trabajar incansablemente por erradicar la pobreza y luchar por la libertad. Porque es un mandato y un imperativo ético, la democracia no puede ser indiferente al hambre ni a la miseria; la democracia no se fortalece en la desigualdad ni en la injusticia; la democracia moderna apunta a la igualdad real de las personas; y esto le da valor a la dignidad humana, como valor supremo y fundante de los Derechos Humanos, para respetarlos, para construirlos cada día y para buscar su cumplimiento. Esa es nuestra tarea, para eso –con su voto- nos confiaron su futuro los pueblos de esta América, enorme, diversa y en vías de estar más unida. Asistimos a los cambios de los tiempos, a la llegada de una era distinta, a una nueva forma de vivir y de concebir nuestras relaciones. Se impone el reconocimiento de un paradigma diferente. Superamos poco a poco el revanchismo y la discordia. Por eso, estoy convencido de que este es el tiempo de la “Universalización Democrática”. Estamos por fin, sentados todos y todas en la mesa de la historia, para conversar, para escuchar y comprender; ya no caben las imposiciones; nos corresponde ahora reconocer y no desconocer; nos urge hoy emprender el camino de la concordia y atender el llamado de la historia. Este es el momento de atrevernos a apostar por un futuro común, por uno de bienestar, por uno de equidad y de justicia; por uno donde seamos capaces de recordar a cada instante nuestra sagrada obligación de escuchar con cuidado, con atención y con respeto la voz de la gente, a quienes debemos nuestro mandato y la razón de todos nuestros empeños. Por eso, celebramos este espacio de hermandad americana; y vaya nuestro reconocimiento para Usted y su Gobierno, Señor Presidente Varela, por la visión de consensuar unos “Mandatos para la Acción” que no están diseñados solo para despegar, sino también para aterrizar. Estamos anclando al continente americano a un mayor desarrollo, en justicia, inclusión y sostenibilidad. Estamos apostando además, al enorme reto de agrandar la política – como lo señala el Programa de Naciones unidas para el Desarrollo- para que mediante el debate y la decisión colectiva, se decidan todas las cosas que afectan el destino colectivo… principio de la verdadera Participación Ciudadana, que nos lleva a lo que hoy conocemos como Democracia Social, esa que se gesta en la sociedad civil, que se organiza porque se atreve, que opina porque comprende y que exige porque merece… Costa Rica reconoce la importancia de privilegiar, en el marco de este cambio de paradigma, la necesidad de invertir esfuerzos diversos y sostenidos para superar las enormes desigualdades y aspirar a que tengamos sociedades más justas e inclusivas, respetuosas de los derechos humanos y con una mejor calidad de vida. Claramente, para ello es necesario apostar por el impulso y fortalecimiento de políticas públicas robustas en materia de educación, salud, seguridad, políticas migratorias justas que respeten los derechos humanos, energía, medio ambiente; y sin duda, consolidar cada vez mayores espacios para la gobernabilidad democrática y la participación ciudadana, como garantías ineludibles que debemos brindar a nuestros pueblos, cuya voz y clamor jamás puede ser ignorada. Para todo esto, los esfuerzos deben ser desde lo colectivo, uniendo las manos y los colores de nuestros rostros americanos; y tal cosa solo será posible con una verdadera Cooperación Hemisférica Solidaria, cuyos mandatos sean sostenidos en el tiempo y que vayan dirigidos a: acceso a servicios como el agua potable, a superar la brecha digital, a que las personas jóvenes puedan concluir con éxito su educación secundaria o una formación técnica adecuada; y a que podamos fortalecer la infraestructura que sostenga el crecimiento, sin dejar de lado la necesidad de facilitar el desarrollo humano mediante distintas modalidades de crédito, lo cual, no es otra cosa que invertir en la gente y brindar oportunidades para que puedan ser independientes y mejorar sus condiciones de vida. Señoras y señores, Costa Rica ha optado por la democracia y por la paz. Vengo de una patria en la que escogimos las libertades fundamentales y el respeto por el pensamiento alterno y la opinión diferente; de una patria que escogió la unión y no la separación; que escogió la fuerza de la educación y no la de las armas; que escogió el camino de la legalidad para resolver las diferencias y no el del capricho o la ocurrencia… Vengo de una patria de esta América enorme y única, en la que creemos fervientemente en los derechos humanos y en la vocación democrática, como únicas garantías para el desarrollo humano en condiciones de equidad y de verdadera solidaridad entre los pueblos; nuestros pueblos… Finalmente, en nombre de mi patria, Costa Rica, quiero dar un sentido agradecimiento al hermano pueblo panameño, por su hospitalidad generosa, por su calidez y su generosidad de permitirnos hacer este encuentro histórico en esta, su hermosa tierra. A usted, señor Presidente Juan Carlos Varela, gracias por su voluntad de trabajo y de cooperación conjunta; por sus notorios esfuerzos; y sobre todo gracias por hacer posible esta Cumbre de las Américas, tan llena de esperanzas, tan llena de proyectos para un horizonte común y tan valiosa para la historia conjunta que ya comenzamos a escribir. Sigamos, entonces, caminando hacia la prosperidad, sigamos construyendo la universalización democrática, con la mirada puesta en un horizonte pleno y brillante, de la mano y en hermandad. Gracias. Manuel Gonzalez Sanz Canciller de la República de Costa Rica]]>