Bono colectivo mejora obras de infraestructura en Ciudadela Miramar de Puriscal

Bono colectivo mejora obras de infraestructura en Ciudadela Miramar de Puriscal

  • Herramienta permitió mejoras en calles y sistemas de agua de la comunidad
  • Inversión superó los ¢162 millones

La calidad de vida de 16 familias en Cerbatana de Puriscal, cambió significativamente gracias a las obras de infraestructura en la comunidad de Miramar, para ello se invirtieron más de ¢162 millones provenientes del Programa de Bono Colectivo del Sistema Financiero Nacional para la Vivienda.

Para el Ministro de Vivienda y Asentamientos, Rosendo Pujol, el desarrollo de obras de Bono Colectivo es de gran importancia para asentamientos consolidados, pues se optimizan las condiciones de salubridad, creación y mejoramiento de áreas recreativas, espacios públicos, se embellece el entorno y la gestión integrada del territorio.

En este caso específico del proyecto Miramar se realizaron las siguientes obras: corte de calles, reformas al sistema de evacuación pluvial, sustitución de la red de suministro de agua potable, construcción de pavimento en las calles y alamedas, reconstrucción de las aceras de concreto y rampas para personas con discapacidad y construcción de un muro de contención.

El jerarca de Vivienda, ha sido enfático en indicar que se seguirá trabajando con la aprobación y colocación de bonos familiares de vivienda y que se buscarán más recursos para financiar más obras de Bono Colectivo. “Los pueblos y ciudades ocupan atención integral, no únicamente la vivienda, ya que esta es un medio, no la solución para la erradicación de la pobreza extrema”, indicó Rosendo Pujol.

“Es satisfactorio encontrar una comunidad que realmente se ha comprometido con un proceso de mejoramiento como este; como Estado Costarricense brindamos nuestro aporte técnico y financiero, pero sin la participación ciudadana no sería posible concretarla”. Arq. Fabio Ureña, Director de Ordenamiento Territorial, quien participó en la entrega de las obras.

“Dentro de la Política Nacional de Ordenamiento Territorial se había considerado el mejoramiento barrial como un instrumento que ejemplificara la politica pública implementada en el territorio mediante proyectos emblemáticos. Desde el MIVAH continuaremos con la selección de las comunidades garantizando que los sitios escogidos sean estratégicos”, agregó Ureña.

Antecedentes

La Ciudadela Miramar se funda en 1984 en una propiedad de la Municipalidad de Puriscal, producto de la necesidad que en ese momento tenía el IMAS de dar solución a un grupo de familias que procedían del Barrio San Gerardo, de un desarrollo también propiciado por dicha Institución.

El terreno en el que se ubica la ciudadela, fue adquirido por la Municipalidad en la década del 70 y posteriormente perteneció a la Asociación de Desarrollo del lugar, que luego  lo dona a las familias previamente calificadas en condiciones de pobreza extrema, mediante un estudio realizado por el IMAS.

La Ciudadela Miramar consiste en un único cuadrante o bloque, que  cuenta en la actualidad con 16 lotes definidos en sitio y con sus respectivos dueños. La población total se calcula en 61 personas, con acceso a servicios públicos tanto en la zona, como en la ciudad de Santiago, ubicada a 2 kilómetros del lugar.

La comunidad de Cerbatana, a 200 metros del proyecto cuenta con escuela, iglesia, comercio básico, servicio de transporte público, cancha de deportes y CEN-CINAI. Para acceder al colegio público, los estudiantes deben trasladarse a Santiago de Puriscal.

Testimonios 

“Nuestras condiciones han mejorado significativamente con casos concretos por  ejemplo, los niños ya no llegan a la escuela con los zapatos llenos de barro, las ambulancias pueden ingresar al sitio sin complicaciones y las personas con discapacidad puede caminar con sus muletas o sillas de ruedas sin problemas pues ahora tenemos aceras”, indicó María Eugenia Quesada, Presidenta del Comité de la Ciudadela Miramar, en Cerbatana de Puriscal.

“Como antes no teníamos calles ni aceras, habían muchos mosquitos, sapos y malos olores, ahora todo esto ha cambiado para nuestro bienestar” Aurora Quesada, vecina de Miramar.

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