Presidente Solís aboga por fomentar derechos civiles para revitalizar la democracia

  • · Destacó que democracia formal debe renovarse incorporando el creciente papel de la sociedad civil
  • · Derechos Humanos deben colocarse en centro de aspiraciones de los Estados
  • · Participación dará legitimidad a las transformaciones que demandan los tiempos
  • · Solicita revisar y transformar la institucionalidad regional, a la que calificó de “estancada y lenta”
  • “Los tradicionales mecanismos de representación deben complementarse con mecanismos de democracia directa, en los planos nacionales y locales, y con mecanismos de comunicación abierta entre gobernantes y gobernados, donde predomine la transparencia y la rendición de cuentas”, expresó el Presidente Luis Guillermo Solís en su discurso ante el Congreso de Guatemala.

    El Presidente Solís abogó por fomentar los derechos de la ciudadanía como uno de los desafíos de la democracia, que enfrenta procesos de descontento y de insatisfacción.

    “La gente nos está diciendo claramente que los mecanismos de la democracia formal no son suficientes. Enfrentamos una crisis de legitimidad de gobiernos, parlamentos y partidos políticos. No podemos seguir viviendo la ficción de que la política y lo político se acaba en estas instancias, que todo lo que hacemos interesa a la gente y que no hay más allá”, dijo Solís a los congresistas guatemaltecos.

    El Mandatario resaltó la importancia de incorporar los crecientes movimientos de la sociedad civil como una forma de revitalizar la democracia formal. Insistió en que la participación de una sociedad civil cada vez más activa permitiría incrementar la legitimidad de las decisiones y ser un conducto eficaz para materializar sus demandas y concretar los cambios que requieren las nuevas condiciones.

    Destacó que en esta renovación, se deben colocar los derechos de las personas como centro de la vida política, económica y social de los países, en un entorno donde la imagen del Estado parece achicarse en un mar de estados y de relaciones, con ciudadanías cada vez más informadas que demandan participación.

    También incluyó en estos procesos de transformación a la institucionalidad regional, a la que calificó de estancada, lenta, pesada y cara. “Hay instituciones que no juegan ningún papel, y deberían desecharse o redefinirse en su totalidad”, manifestó.

    Solicitó una redefinición de esa institucionalidad, con la participación de la ciudadanía. “Si esos esfuerzos no logran fructificar en un plazo racional, habría que despedirse de esa superestructura ineficiente y concentrar los esfuerzos en la modernización de los mecanismos de integración económica”, resaltó.

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