● Iniciativa de AyA y PNUD mejora acceso al agua potable e intensifica esfuerzos para atender vulnerabilidad hidrológica.
● Con ello se beneficia a unas 65.000 personas de comunidades de Hojancha, Liberia, Nicoya, Santa Cruz, Cañas, Carrillo y La Cruz.
● Se instalaron ocho nuevas estaciones meteorológicas para reforzar red de monitoreo del clima y 4 nuevas estaciones hidrológicas para monitorear el nivel de los caudales.
● Autoridades de gobierno, encabezadas por el Presidente de la República y la Primera Dama, visitaron este viernes el campo de pozos #6 en Los Cedros de Cuajiniquil.
La Cruz, Guanacaste. Como resultado del proyecto “Fortalecimiento de Asadas para enfrentar riesgos del cambio climático en la zona norte de Costa Rica”, más de 65.000 personas de La Cruz, Hojancha, Nicoya, Santa Cruz, Cañas, Liberia y Carrillo cuentan con mejor acceso al agua potable gracias a obras en los sistemas a cargo de unas 140 Asociaciones de Acueductos Rurales (ASADAS) y a sus esfuerzos para la adaptación al cambio climático.
Así se dio a conocer este viernes en la visita del Presidente de la República, Carlos Alvarado, y la Primera Dama y coordinadora de la Región Chorotega, Claudia Dobles, al campo de pozos #6 en los Cedros de Cuajiniquil, ubicado en el cantón de La Cruz.
Durante la actividad se destacó el trabajo de la ASADA Cuajiniquil, un caso de éxito de esta iniciativa por hacer frente a adversidades hidrometereológicas extremas, tanto por el impacto de la tormenta Nate como la reducción de sus caudales debido a la variabilidad climática.
Al acto también asistieron el presidente ejecutivo y el gerente general del AyA, Tomás Martínez y Eric Bogantes, además del Ministro a.i. del MINAE, Rolando Castro Córdoba; la directora de Cambio Climático, Patricia Campos Mesén; y Gerardo Quirós, Especialista en Gestión del Riesgo de Desastre y Adaptación al Cambio Climático del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Este proyecto fue impulsado por Acueductos y Alcantarillados con el acompañamiento técnico del PNUD, en coordinación con el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE), la Dirección de Cambio Climático y, sobre todo, gracias al aporte financiero por $5 millones por parte del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés).
Martínez comentó que, además de mejorar el suministro de agua por medio de prácticas sostenibles, este plan de cinco años promovió la instalación de tecnología para el monitoreo de clima y caudales, protección de fuentes de agua y la organización de las comunidades.
“Uno de los aspectos más importantes del proyecto liderado por el PNUD es que, además de apoyar a decenas de ASADAS en la región norte del país con mejor infraestructura, también se atendió la necesidad de generar herramientas que las ayuden a optimizar y mejorar la vida útil de sus acueductos, así como a fortalecer su gestión administrativa. Esto representará un impacto a corto plazo que ya estamos evidenciando, aquí mismo donde estamos hoy, en La Cruz”, destacó Martínez.
El presidente Alvarado agradeció el trabajo conjunto y el aporte de cada una de las partes para hacer posible el éxito de este programa, el cual no solo le da calidad de vida a los guanacastecos, sino que también enmarca sus acciones en prácticas que combaten los estragos provocados por el cambio climático. “Solo trabajando todos juntos, podremos salir adelante”, reiteró el mandatario.
Por su parte, Dobles enfatizó que “el cambio climático es una realidad que afecta todas las zonas del planeta y Costa Rica no es la excepción. En unos años, las lluvias se van a reducir hasta la mitad, los períodos secos e incendios forestales serán más fuertes y se aumentará la frecuencia de tormentas y huracanes. Por eso estamos preparándonos y mejorando la capacidad de adaptación”.
Este proyecto recibió distinciones nacionales e internacionales por su contribución al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la incorporación de la perspectiva de género en iniciativas ambientales y medidas de adaptación basadas en ecosistemas y comunidades.
Construcción conjunta en soluciones sostenibles. “Todos estos logros han sido resultado de la participación de los acueductos comunales, las comunidades, la institucionalidad pública, el sector privado, la academia y agencias multilaterales”, expresó José Vicente Troya, representante Residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Agregó que “el enfoque de trabajo ha sido siempre el proveer de herramientas, fortalecer las capacidades de los socios y contrapartes para adaptarse al cambio climático; las ASADAS no han sido consideradas beneficiarias sino que han actuado como socias activas en la construcción de soluciones para el desarrollo sostenible”, afirmó.
Las mejoras de acceso al agua para las comunidades de Hojancha, Nicoya, Santa Cruz, La Cruz, Cañas, Liberia y Carrillo comprenden nuevas captaciones, perforación de pozos, mejoras en redes de distribución, sistemas de desinfección, medición y reducción de agua no contabilizada así como estudios técnicos.
Al menos 1.500 personas fueron capacitadas sobre funcionamiento de los acueductos, protección del recurso hídrico, adaptación basada en ecosistemas y gestión del riesgo.
Entre otros hitos alcanzados están la elaboración de un estudio de vulnerabilidad y mapas de riesgo climático con perspectiva de género e inclusión social para estos 7 cantones de la región Chorotega.
La jerarca del MINAE, Andrea Meza, mencionó previamente que “este proyecto ha logrado una armoniosa combinación de intervenciones que incluyen adaptación basada en ecosistemas, en comunidades, y en infraestructura y gestión del riesgo de desastres, lo cual significa el abordaje integral que el país tiene desde la visión de sostenibilidad».
En total, se instalaron ocho nuevas estaciones meteorológicas para reforzar la red de monitoreo del clima y 4 nuevas estaciones hidrológicas para incrementar el monitoreo de caudales, además de elevar la capacidad de almacenamiento de agua en al menos 1.172.000 m3, a fin de hacer frente a la crisis climática y contribuir a la contención del COVID-19.
Asimismo, se sembraron 33.961 árboles de especies nativas con visión adaptativa al cambio climático para regenerar la cobertura vegetal en más de 143 hectáreas de zonas vitales para el agua.