- Así lo aseguró el director de la Escuela Guayacán, ubicada en esa comunidad de Corredores, al referirse a las nuevas instalaciones con que cuenta el centro educativo.
- Además del gimnasio, se construyeron seis aulas académicas, un aula de preescolar, comedor estudiantil, baterías sanitarias y bicicletario.
- La inversión fue de ¢646,5 millones para beneficiar a 62 estudiantes, muchos de los cuales son indígenas o costarricenses de padres panameños.
- Tanta es la emoción sobre la nueva infraestructura educativa, que se han organizado guías de visita para egresados.
La comunidad educativa de la escuela Guayacán, ubicada en El Roble de Laurel de Corredores (Puntarenas), muy cerca de la frontera entre Costa Rica y Panamá, recibió emocionada la nueva infraestructura de la casa de estudio: seis aulas académicas, un aula de preescolar, comedor estudiantil, baterías sanitarias, bicicletario y un gimnasio.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) invirtió ¢646,5 millones en este inmueble. Esta comunidad educativa está conformada por 12 docentes y 62 estudiantes, muchos de los cuales son indígenas o costarricenses de padres panameños.
El gimnasio y las modernas instalaciones se han convertido en un motivo de orgullo para la comunidad, al punto que el personal administrativo está organizando visitas guiadas tanto para los estudiantes egresados como para la comunidad.
Carlos López Hernández, director de la escuela, explicó que la infraestructura anterior se fundó en 1974 y, debido a las inclemencias del clima y el paso del tiempo, el deterioro fue inminente.
“La historia cambia ahora con las nuevas instalaciones que se han convertido en una sensación para la comunidad”, dijo.
Carmen Grijalba Gómez, docente de primer y segundo ciclo de la institución, cuenta que el personal docente y administrativo es muy unido y que, al recordar la escuela anterior, la nostalgia los invade porque hay momentos muy hermosos ocurridos ahí que recuerdan.
“Los estudiantes egresados nos buscan para que los dejemos entrar en estas nuevas instalaciones, entonces estamos organizando, con la aplicación todos los protocolos, unas visitas guiadas para que ellos vean los cambios”, asegura la docente.
Explicó que, el año pasado con la pandemia, todos los estudiantes fueron atendidos por medio de las guías de trabajo autónomo y los docentes daban seguimiento con cada entrega de paquetes de alimentos a los beneficiarios.
Para el director, la escuela es una bendición, un abrazo y un regalo para la comunidad que vive con muchas carencias y desintegración familiar. “La escuela es el apoyo, la escuela es amiga y siempre nos unimos a favor de las personas estudiantes y sus familias”, manifiesta.
Las obras en el centro educativo fueron entregadas en un acto simbólico el 5 de marzo, con la presencia de Paula Villalta, viceministra de Planificación Institucional y Coordinación Regional, y autoridades de la Dirección Regional de Educación de Coto.
Villalta agradece el esfuerzo realizado y el trabajo en equipo de los estudiantes, las familias, la junta de educación y el personal docente-administrativo. “Es en este tipo de acciones donde vemos el amplio impacto que la infraestructura educativa tiene en nuestro estudiantado en particular y toda la colectividad en general. Todo gracias a la unión de esfuerzos de quienes integran la comunidad educativa”, indicó.