Jóvenes de Cahuita reciben clases en infraestructura educativa con mayor capacidad

● Inversión en el centro educativo fue de ₡303 millones para construir dos aulas académicas y realizar mejoras en el área administrativa, comedor estudiantil y pasos cubiertos.

● Matrícula se incrementó en este curso lectivo, por lo cual tienen a 180 estudiantes en clases.

● Las obras han significado un cambio positivo para la comunidad y los estudiantes, destacan educadoras.

Los 180 estudiantes del Liceo Rural de Cahuita, en Talamanca de Limón, tienen mejores condiciones en este retorno seguro a las aulas luego de la inversión de ₡303 millones para aumentar la capacidad del centro educativo.

Las mejoras que disfrutan los jóvenes, los docentes y los administrativos comprenden dos aulas académicas, área administrativa, comedor estudiantil, pasos cubiertos y obras complementarias.

Además, la junta administrativa les dio mantenimiento a cuatro aulas construidas en el 2004, cuando era telesecundaria, por lo que los espacios son idóneos para aplicar la educación combinada entre la presencialidad y la formación a distancia.

Sonia Cortés Leal, directora del centro de estudio, explicó que desde el 2017 la institución ha buscado darle rostro a la calidad educativa y, por ello, estas mejoras han funcionado muy bien.

“Es un trabajo que vamos tejiendo entre todas y todos. Cada año tenemos aumento de matrícula y para este inicio de curso tuvimos el fenómeno de jóvenes que buscaron formar parte de nuestra comunidad”, dijo Cortés. La matrícula pasó de 150 estudiantes en el 2020 a 180 en este 2021.

“En la Mesa Caribe, el fortalecimiento de la infraestructura educativa ha sido fundamental porque queremos que nuestros estudiantes aprendan en las mejores condiciones. Celebramos que los cambios en este Liceo Rural de Cahuita contribuyan a atraer más jóvenes a las aulas”, afirmó Marvin Rodríguez, segundo vicepresidente de la República.

Buen inicio de curso lectivo. La administración del centro educativo inició las clases con muy buen ritmo. Días antes del ingreso de los estudiantes, aplicaron una encuesta que fue respondida en su totalidad y así se organizó la dinámica en las aulas.

A juicio de la orientadora Yorleny Lowis Malcom, quien tiene casi ocho años de laborar en esta institución, el cambio en las instalaciones y el regreso a la presencialidad “ha sido un éxito”. “Es un cambio positivo para la comunidad y para los estudiantes. Se ha incrementado la matrícula de forma impresionante. Claro, es que los chicos quieren recibir sus clases, comunicarse de forma más directa con sus docentes y compañeros”, explicó Lowis.

Ella ha visto cómo los jóvenes hacen un esfuerzo por adaptarse a los protocolos sanitarios y cuidarse entre todos. “Han respetado todas las medidas porque saben lo importantes que son”, agregó.

Por su parte, Cortés considera que es fundamental que los jóvenes participen activamente en el aula, y, debido al aumento de la matrícula, es un buen momento para reforzar la educación a distancia. En el caso de esta comunidad educativa, la mayoría de los jóvenes se comunican con sus docentes de forma digital y siempre está la opción de las guías pedagógicas.

Tanto la junta administrativa como la administración de la institución buscan medios para embellecer el espacio, con el objetivo que los estudiantes se sientan a gusto y no sean excluidos del sistema.

Este servicio educativo nació en el 2000, con 33 jóvenes en un salón comunal. Cuatro años después se construyen unas aulas y, en 2011, se transformó en el Liceo Rural.