Situado en la bahía de San Francisco, California, el llamado Valle del Silicio es un sitio único en el mundo, considerado la meca de la tecnología.
El Presidente de la República, Carlos Alvarado, arribó este lunes por la noche a Silicon Valley, como parte de la gira de trabajo que realiza para atracción de inversión al país.
Detrás de la tecnología y los negocios, dice la costarricense Alejandra Vargas, este lugar destaca por sus espectaculares paisajes y su oda a la calidad de vida sana y el fitness, el yoga y la meditación.
Es considerado como ‘la meca de la tecnología’ y en ella están los centros de operación y poder de los mayores emporios de innovación del mundo: empresas como Google, Apple, Yahoo, HP, Facebook, Intel, Cisco, McAffee y Linkedin entre muchas otras de las que encabezan la lista Forbes de poderosas.
La referencia al silicio en el nombre se debe al enorme y expansivo florecimiento que ocurrió en la región durante los años 80 de empresas dedicadas a la computación y la electricidad -que emplean el silicio para fabricar los famosos “chips”-. Fue el periodista Don Hoefler el que en 1971 popularizó la expresión Silicon Valley al utilizarla como título de una serie de artículos semanales en el periódico Electronic News.
Debido a la cercanía con estas corporaciones, la composición de la población que allí la habita es pluricultural y multilingüe, técnica y académicamente muy calificada. No es casualidad, está claro que la presencia de importantes universidades como Stanford, Berkeley o Singularity contribuyó a la consolidación de la industria tecnológica que se alimenta constantemente de “nuevas ideas” y “nuevos cerebros”.
Es también una población relativamente joven, con un alto poder adquisitivo, automóviles y motocicletas de lujo y con acceso a lo último en dispositivos inteligentes y tecnología.
Muchas de las casas se alimentan con paneles solares y tienen huertos con compost o verticales al interior de la vivienda. En la zona todo el mundo recicla -es muy raro quien no- y en los bolsos y vehículos siempre hay bolsas de tela para cargar las compras.
Debido al alto costo de las residencias son muy pocos los privilegiados que poseen casa propia. Lo usual es que las personas alquilen en compañía de amigos o de desconocidos, lo que hace que sea muy típico las relaciones interraciales.
Es también usual que se utillice el transporte público o bicicletas que pueden normales o eléctricas, propias o rentadas por horas. No pocas personas han desistido de tener auto propio y se trasladan mediante servicios compartidos como Uber o Lyft.
No es raro que haya una o varias mascotas en cada hogar e incluso en la oficina. Sitios como Google permiten a los empleados llevarlos en ciertas condiciones.
La mayoría de las empresas son tan de culto que tiene en sus instalaciones su propia tienda de obsequios, donde se pueden comprar productos o dispositivos distintivos de la marca.
Debido a la preferencia y multitud de alternativas para comprar en línea o solicitar productos express, muchas de las tiendas o restaurantes pequeños han ido cerrando sus sedes y empiezan a enfocarse en los servicios en línea.
Los cafés son quizás los sitios que continúan creciendo y es que en el Silicon Valley no es difícil ver a emprendedores e inversores negociando en las cafeterías. Existen lugares como el llamado Lucky Office, un sitio ubicado en University Avenue al que se le llama “el edificio más afortunado de Silicon Valley”, pues se dice que fue allí donde multinacionales como Paypal o Google dieron sus primeros pasos.
Las opciones veganas, gluten free y orgánicas son parte de todos los menús y hay más estilos de café y té que idiomas. Coincidentemente con su población, predomina la comida de la India, de Vietman, las delicias mexicanas y árabes.
Pero el Silicon Valley no es solo tecnología y negocios. Gracias a su localización en la Bahía de San Francisco, destaca también por sus espectaculares paisajes y su oda a la calidad de vida sana y el fitness, el yoga y la meditación.]]>
