LUIS GUILLERMO SOLÍS RIVERA Presidente de la República Miércoles 10 de enero 2018 El día de ayer fuimos notificados de la Opinión Consultiva OC-24 emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como consecuencia de la consulta efectuada por el Estado de Costa Rica el 18 de mayo de 2016. Dicha consulta fue acompañada por otros ocho estados latinoamericanos, diversos organismos internacionales y muchas organizaciones de la sociedad civil de todo el continente. La consulta buscó clarificar el alcance de determinados derechos, que en un Estado democrático deben ser garantizados a todas las personas, según lo dispuesto en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, de la cual Costa Rica es signataria. En campaña política me comprometí a garantizar a las parejas del mismo sexo los mismos derechos patrimoniales y civiles que se otorgan a las parejas constituidas por un hombre y una mujer que conviven. Tal fue el mandato que recibí al ser electo Presidente y el que acataré hasta el fin de mi mandato. Con ese propósito, en los últimos años se han tomado una serie de disposiciones para garantizar tales derechos en servicios de salud, acceso a seguros, no discriminación en lugares de trabajo, entre otros. Con la opinión emitida por la Corte se ratifica nuestro compromiso de garantizar a las personas el acceso a sus derechos producto de sus relaciones personales, sin discriminación alguna. Como Estado parte del Sistema Interamericano de Derechos Humanos, respetuoso de la investidura de los tribunales de justicia y del Estado de Derecho, Costa Rica y los demás países que hemos aceptado la jurisdicción de la Corte Interamericana deberemos acatar integralmente la opinión vertida por la Corte Interamericana, respetando los tiempos procesales y espacios jurisdiccionales y administrativos de cada país. La implementación integral del criterio de la Corte requerirá un proceso paulatino en constante y respetuoso diálogo entre los poderes de la República, las organizaciones de la sociedad civil y los partidos políticos. Ello con absoluto apego a las disposiciones constitucionales respectivas. Nuestra ciudadanía hoy es más libre. Hoy estamos más cerca de hacer realidad la aspiración de cualquier pareja a ser feliz, quererse, respetarse y protegerse en igualdad de condiciones, sin importar su orientación sexual. Como sociedad debemos sentir satisfacción al haber colocado un eslabón más en la extensa historia costarricense de respeto a los derechos humanos.]]>