Privados de libertad fabrican 3.000 placas diarias para todos los vehículos de Costa Rica

San José, 13 de mayo del 2016. Las placas metálicas de todos los vehículos en Costa Rica son confeccionadas por personas que estuvieron en prisión. Más de 200 beneficiarios del Programa Semiinstitucional han laborado en el Registro Nacional desde 1998. Ellos fabrican 3.000 placas diarias mientras reciben un incentivo económico, quincenal, para descontar lo que resta de sus condenas.

Actualmente, hay seis mujeres y cuatro hombres con un horario de 8 a. m. a 4 p. m. de lunes a viernes. Las personas son seleccionadas por la Dirección General de Adaptación Social y reciben un entrenamiento en el manejo de las máquinas y el proceso de fabricación troquelada o automática.

Marjorie Mora recibió una condena de seis años de prisión, pero a los dos años logró pasar al régimen Semiinstitucional. Trabajó durante un año y ocho meses, de lunes a viernes, como la hornera en la panadería del sistema penitenciario y ahora logró pasarse al Registro Nacional.

“Por mi buen comportamiento y mi forma de ser me gané otro beneficio que fue venir al Departamento de Placas del Registro Nacional. Tengo ocho meses de estar acá (…) Cuento con una gran familia, ese es mi sostén, mi fuerza para seguir adelante, luchar y no volver a ver para atrás ni recaer”, señaló esta vecina de Puntarenas y madre de dos hijas. Ahora, solo le restan seis meses para descontar su pena.

En el caso de Yadira Rojas, otra de las trabajadoras, afirmó: “Tengo siete años de trabajar aquí en el Registro Nacional. No estoy delinquiendo, me dieron la oportunidad de estar en la calle y lo he aprovechado”.

Por su parte, Silvia Piedra, quien también labora confeccionando placas, contó que estuvo nueve años presa, pero lleva varios meses en el Programa Semiinstitucional. “Yo espero cuando salga ver qué hacer porque sigo con mi hoja de delincuencia machada y yo quiero salir e integrarme a la sociedad y estar limpia”, expresó.

Dentro del proceso, estas personas también se encargan de destruir las placas viejas para ser enviadas a la Comisión de Ambiente del Registro Nacional. Estos desechos se envían a una empresa recicladora y, de los ingresos que se generan, se dona un porcentaje para los cuidados paliativos del Hospital Nacional de Niños y otro porcentaje se reinvierte en la compra de árboles y materiales para reciclaje.

Entre el 2014 y el 2015, se reciclaron más de 46.000 kilos de desechos de placas metálicas, lo que generó ingresos por ¢7 millones, de los cuales se donaron más de ¢2 millones a la Asociación Cuidados Paliativos del Hospital Nacional de Niños.

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